Eran los años noventa en un bosque en Brasil no tan alejado de la civilización, había una humilde cabaña donde estaba pasando la noche unos dos niños mientras su madre había salido de fiesta.
Miguel y Jacobo eran dos chicos que para pasar las noches jugaban juegos de mesa y se divertían todas las noches.
Ellos son jóvenes de ciudad. La razón de porque estaban en esa cabaña era porque estaban visitando a los abuelos como lo hacen todas las semanas.
Los abuelos junto a la madre habían salido en una reunión. Y para que ambos niños no se aburran de lo mismo siempre, la madre les compró una Game Boy a cada uno.
Las hora pasaban, ya después de comer el recalentado del refrigerador, Jacobo dijo querer ir al baño. El problema es que el baño no se encontraba dentro de la casa. El baño estaba a unos metros fuera del lugar en la completa intemperie.
Como Jacobo se estaba demorando mucho en volver, Miguel quiso salir y buscarlo.
Su sorpresa fue mayúscula cuando apenas abrió la puerta, vio a Jacobo completamente pálido con la mirada perdida mirando hacia abajo acercándose a la cabaña.
- ¿ Qué te ocurrió, hermano ?
Jacobo no quiso decir ninguna palabras. Entró a la casa y se sentó en la silla de siempre. Él no dejaba de mirar al suelo. Estaba completamente aterrorizado.
Miguel sabía que su hermano había visto algo en la fría noche del bosque. Así que, decidió esperar a que se calme.
Se le acercó. Intentó hacer contacto visual pero este no dejaba de mirar al suelo.
La cara seguía completamente pálida. Mientras más los minutos pasaban, más se asustaba su Miguel.
Sin embargo, llegó un momento en el que Miguel le empezó a crujir el estómago. Él, por su lado, no quería salir allá afuera y terminar como su hermano en un estado de trauma psicodélico.
Decidió armarse de valor y salió pero tapándose los ojos. El chico sabía muy bien donde era el baño. Pero cada paso que daba se medio resbalaba por las hojas húmedas que caían de los árboles.
Es aquí cuando llega a su destino y, cuando jala la puerta del baño para abrirla, un sonido que vino desde adentro, lo dejó completamente aterrado.
Miguel, con el tiempo, se recuperó. Le contó a su madre lo que le pasó. Los abuelos se preocuparon y terminaron mudándose del lugar. Ellos sabían que el chico no era de los que mentían.
Y no es para menos. Porque el ruido que Miguel escuchó adentro del baño era nada más que de su hermano Jacobo diciéndole :
- ¡ Ya salgo !
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Te deseo, dulces sueños.
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Cuentos de Terror para leer en la OSCURIDAD [TERMINADO]
Terror¿Te gustan las historias de terror? Si es así, este es el libro perfecto para que puedas leer todas las noches antes de ir a dormir. Esta es una recopilación de cuentos de terror en su mayoría son historias que tuve en sueños. La otra parte son cue...