#41 Lo que matas, te lo comes

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Un hombre bastante alto y fornido vivía en una cabaña a un par de kilómetros de la civilización y se ganaba la vida cosechando vegetales en sus enormes terrenos.

No la pasaba del todo solo porque tenía un hijo único al cual amaba mucho pero lo criaba de una manera muy estricta y sin mucha tolerancia cuando este cometía un berrinche.

Este hombre tenía una manera peculiar de enseñarle a su hijo acerca de la importancia de la vida ajena a los animales. Es por eso que él tenía un lema :

" Todo lo que mates, te lo comes " 

Esto comenzó cuando el chiquillo con tan solo cinco años de edad aplastó a una mosca con su pulgar. 

El hombre lo recogió y le dijo:

- Tú lo mataste, ahora te lo comes -

El chiquillo lloró y le imploró que no fuera tan agresivo porque si no se comía al insecto terminaría castigado sin poder comer por dos días. Al final, no tuvo más de otra que comerse al insecto. 

Pasaron los años y el chico ya era un joven de quince años en la que, en su aburrimiento, creó una honda y se dispuso a intentar disparar pajaritos. 

Es ahí cuando sin querer le dio a uno de esas indefensas aves y este cayó al piso. 

El padre estaba desde el piso de arriba mirándolo y le gritó:

- ¡ Tráelo a la casa, ahora ! -

Como sabía que el ave estando frito sería hasta apetitoso para el chico, le obligó a comerselo crudo. Lo despellejó y lo sirvió en un plato.

- Come -

El niño sufrió mucho comer esa carne blanda y cruda. Vomitó un par de veces pero consiguió comerselo entero. 

Pueden opinar lo que sea de este hombre pero él en verdad quería mucho a su hijo solo estaba siendo recto. Si no fuera ese caso, no le habría regalado a los dieciséis un cachorrito, y tiempo después a sus veinte años le regaló hasta un carro. 

Es aquí cuando, después de venir de una fiesta un poco ebrio, estacionó mal el vehículo y escuchó un ruido fuerte de dolor y agonía que le eran familiares. 

No pudo aguantar llorar después de esa tragedia. Llevó el cuerpo de su adorada mascota para intentar enterrarla pero se demoró mucho en eso y su padre ya había salido afuera. 

- Llévalo a la casa, encenderé el horno -

El chico se interpuso varias veces e incluso intentó escapar de él. Recordemos que este hombre es bastante fuerte y a la fuerza lo jaló de los pelos a la casa para que se tragara a su mascota ya muerta.

Este acto fue lo más chocante que pudo soportar. Como su mascota era bastante enorme, no pudo comerselo todo y lo dejó cuando se sintió lleno.

- Mañana te comerás el resto - 

Después de un par de noches, el chico se cansó. Ideó un plan para escapar pensando que su padre estaba durmiendo en el cuarto. Sin embargo, este era más hábil y logró interceptarlo cuando ya estaba a punto de bajar las escaleras. 

Es aquí cuando ambos chocan manos. Y es en uno de esos intentos de forcejeo a su padre que el chico logra en verdad conseguir la suficiente fuerza para empujarlo. 

El cuerpo del hombre rodó por las escaleras y cuando cayó al piso pudo ver como su cuello ya estaba roto. 

- ¡ Te odio, papá ! ¡Te odio !

El chico con la cabeza llena de rabia, decide poner el cuerpo de su padre en la mesa, fue a por el hacha que usaban para talar los árboles y prendió el horno. 


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Te deseo, dulces sueños. 

Cuentos de Terror para leer en la OSCURIDAD [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora