Rosas Rosadas: simbolizan tus buenas intenciones y el compromiso al cambio.
...No se que se volvió más tedioso, si el arreglo floral que por muy sencillo que era de alguna forma no podía realizar o lidiar con el hecho de que dentro de unos minutos llegaría Michael, y eso no sería bueno.
Después de haberme despedido de Owen, fui a casa, había estado tan distraída del mundo exterior que incluso dejé a Michael, encontrándome con más de diez llamadas perdidas. Como estaba muy agotada decidí enviarle un mensaje avisándole que había llegado a mi departamento sana y salva.
Por desgracia, no pude llamarlo ya que se apago, lo deje cargando, sin haber esperado su respuesta; ahora, hoy en la mañana tenía una bandeja de entrada de al menos noventa mensajes, no me atreví abrirlos ya que la culpa se apoderó de mí, aunque logre distinguir el último mensaje que sobresalía.
"Hablamos mañana, en la floristería."
Estaba furioso, nunca utilizaba un punto al final al menos que estuviera hablando en serio.
Llevé mis dedos a la boca, queriendo morder mis uñas pero cuando recordaba que lo había dejado hace tiempo, solo me limitaba a pasarlos por mis labios, intentando concentrarme en el arreglo y no en lo pésima amiga que fui.
La cinta rosada que envolvía las margaritas sufrió la consecuencias.
-Buenos días -entró Meg canturreando, con una sonrisa plasmada en su rostro -parece que para algunos no son tan buenos.
Insinuó, levante mi mirada encontrándome con la suya que no paraba de estudiarme, era difícil volver a enfocarme en la cinta.
-Buenos días -conteste a duras penas.
Genial, migraña otra vez.
-Creí que llegaríamos juntas -se acercó al perchero dejando su chaqueta en él.
-Decidí abrir temprano hoy, es todo.
-No -Negó acercándose a mi -necesitabas estar un momento a solas, por favor Enora, no me mientas, te conozco, ¿Qué sucede?
-Sucede que soy la peor amiga -expulse dejando caer mis manos sobre la mesa, dándome por vencida -y que este arreglo floral es un asco.
Meg se colocó a un lado para detallar mejor el arreglo, mirándolo a él y luego a mi.
-No está tan mal -se encogió de hombros curvando sus labios, haciéndome reír un poco en el intento -aunque, ahora que lo dices, Michael me llamó a las doce de la noche preocupado por ti.
-¿Te llamo? -amplíe mis ojos sorprendida.
Una ventaja de tenerla como vecina.
-Si, quería que me asegurará de que hubieras llegado sana y salva a tu departamento.
-Eso explica porque creí escuchar unos pasos en el departamento anoche -pasé mis manos por mi cabello dejando escapar un suspiro.
-También la caja vacía de galletas que hay en tu estante.
-¿Qué? ¿te comiste mis galletas?
-Eso no es lo que importa ahora -se defendió mientras se colocaba su delantal - lo que importa es que fuiste descuidada Enora.
-Michael está exagerando, estoy bien.
De hecho, no exageraba, sin embargo, una parte de mi quería intentar ocultar el error que cometió.
-¿Exagerando?, Enora, ¿tienes idea de lo preocupado qué estaba por ti? ¡Te desapareciste por treinta minutos! Y aunque estoy de acuerdo de que hubieras salido de ese lugar no es excusa para abandonarlo de esa forma.
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Las ventajas de un corazón roto [Finalizado]
RomanceEnora Lee, tendrá que verse obligada a superar a Lucas, su primer amor, una vez que se entere de su boda, a la que fue invitada. Sin embargo, el mundo no está tan acabado como ella cree, porque Owen, un chico seguro de sí, que pasó por cada obstácul...