♡Capítulo seis♡

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Gerberas: Las gerberas son unas plantas que acostumbran a mantenerse abiertas al sol. Este detalle hace pensar que aman el sol, la luz, la luminosidad, por tanto su simbolismo se asocia a la alegría, las sonrisas, la diversión.
...

Caminaba por el pasillo estrecho, sus paredes forradas de recuerdos enmarcados, mostrando el trayecto hacia la cocina donde provenía el olor a huevos revueltos y la música de spice girls a todo volumen, al menos no me tenía que molestar en preparar el desayuno.

Arrastraba mis pies, el calor de mi pijama me imploraba volver a la cama, era la misma rutina, todos los días, luchar contra el sueño, una batalla en donde la mayoría del tiempo terminaba noqueada.

-¿Qué te he dicho sobre subirle a la música Michael? -me senté en uno de los bancos giratorios de la isla, cerrando mis ojos por un momento.

-Es mi manera de decir buenos días -chasqueo sus dedos en mi cara despertándome otra vez.

-La odio.

Michael sonrió dándome la espalda para atender el desayuno. Con la espátula volteo el pan tostado del sarten mientras el queso amarillo caía por las orillas, inundando la pequeña habitación de su exquisito aroma.

No les sucede que, sin importar lo sencillo que es la receta, en manos de diferentes personas ¿nunca queda igual? Si yo hubiera hecho pan tostado con queso y huevos revueltos, seguramente su sabor fuera diferente.

Si comparo el pan tostado de Meg con los de Michael, no encontraría similitud, los de Meg eran más crujientes y los de Michael tenían más mantequilla, pero los dos, me encantaban aún con sus diferencias.

Creo que después de todo, así sucede con las personas, cada quien tiene su chispa, la que los vuelve únicos, inigualables.

Luego de un rato, escuchando a Michael cantar simulando que la espátula era un micrófono, me sirvió la comida, colocando el plato frente a mi junto a una taza de café.

-Voy a terminar de arreglarme.

Michael suele llevarse su desayuno, lo que más odiaba de ser abogado era levantarse temprano, con el tiempo se acostumbró y se volvió una rutina, como también quedarse todos los domingos. Se quedaba a dormir en mi departamento, para mantenernos al tanto de nuestra semana, jugar juego de mesas y si Meg aparecía, escuchar a ambos discutir sobre cualquier cosa sin razón alguna.

Se volvió una de mis rutinas favoritas.

Ahora no imaginaba un domingo sin su compañía.

Empecé a degustar mi desayuno, mientras veía mi teléfono ubicado justo a un lado de mi plato, me detuve a pensar por un momento si sería una buena idea hacerlo, tampoco es que tenía muchas opciones, ya había aceptado.

Tomo el móvil y abrí la mensajería de textos mostrando la causa del revuelo emocional dentro de mi ayer.

Owen

"Nos vemos mañana en Bella Vie a las nueve de la mañana, no llegues tarde."

"No llegues tardé" imaginé su rostro lleno de perversidad formulando esa oración, mientras jugaba con sus manos como los villanos en las películas, creando un plan malévolo.

Me quedé ahí, leyendo el mensaje una y otra vez, empezando a maquinar cada escenario posible que tendría para mí.

Podría perder la poca cordura que tengo intentándolo.

-Tienes que apresurarte si quieres que te deje en la floristería -apareció Michael acomodando su corbata apresurado, observándose en el espejo circular de la pared de la sala.

Las ventajas de un corazón roto [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora