Las ventajas de un corazón roto [Finalizado]

♡Capítulo dos♡

Juego con el paraguas miniatura de mi cóctel mientras mi barbilla reposa sobre la palma de mi mano. Una señal de total aburrimiento.

Michal estaba charlando con uno de los invitados con la única intención de parecer amigable y así camuflajear mi mal humor creciente; Resulta que, al llegar,  buscamos nuestra respectiva mesa la cual era la número doce, es decir, los últimos. Eso significa que somos los inservibles, los que están al final de la cadena alimenticia, aquellos que invitas por lástima; Deduje que el resto de los comensales de nuestra mesa (los cuales eran cinco), fueron aquellos conocidos que no dejaron una enorme huella en la vida de los novios como para tener un lugar en las primeras mesas.

Dos de los comensales eran una pareja de casados. Los envidiaba de cierto modo, de una manera sana por supuesto, no podían dejar de hablar sobre su viaje a las vegas y las incesantes "locuras" que cometieron durante el mismo. Según su versión de la historia, habían conocido a la feliz pareja hace dos meses en esa "aventura", algo que de cierta manera me enfureció debido a que cuando era novia de Lucas, no paraba de insistirle en realizar un viaje juntos, pero, este siempre se negaba rotundamente; luego, estaba una señora de unos cincuenta años llamada Elena, ella fue la profesora de Amelia en la universidad, por un semestre; Y para terminar la lista, estaba un padre y su hijo, un joven de unos diecisiete años que no podía apartar la vista de mi escote. Parece que nunca había visto a una mujer antes y estaba claro que su padre disfrutaba de la barra libre, había perdido la cuenta de cuantos tragos ha consumido su tutor irresponsable hasta ahora.

—¡Vean! ¡Van a bailar! —expone Elena exaltada con las manos reposadas en su pecho —. Que lindos se ven juntos. Dios bendiga esa hermosa unión.

Ojala supiera que Amelia es la mujer que descubrí una noche de Halloween besándose con mi ex novio, es decir, su actual esposo. La vida da muchas vueltas; Nadie de los presentes sabe que su relación surgió mediante una infidelidad. Para todos, yo era la novia tóxica de la que Lucas tuvo que escapar, cuando en realidad fui engañada y manipulada.

—¡Recibamos con un fuerte aplauso a los recién casados! ¡El señor y la señora Caldwell! —Los presenta uno de los padrinos animado. El salón no tardó en llenarse del continuo choque de palmas. Yo preferí succionar de la pajilla embriagándome de aquel líquido que podría nublar mi juicio.

A lo lejos, pude visualizar a Lucas sostener la mano de Amelia para guiarla a la pista de baile, envueltos en la armonía de la música lenta que tocaba la banda. Las personas tomaban diversas fotografías para mantener aquel hermoso recuerdo por muchos años. Ambos se movían  al son de la música, debía de admitir que se veían bien juntos. Él la miraba como nunca lo hizo conmigo: con amor.

Sonrían entre besos candentes y pasionales. A pesar de todos esos flashes de las cámaras que los cubría, ellos los descartaron por completo, enfocándose únicamente en su primer baile como esposos; La comisura de mi labio se elevó un poco, estaba feliz he de admitir, feliz de que al menos él encontró lo que buscaba en alguien más.

Y tal vez, con un poco de fe, yo también podría conseguir un amor así de fuerte.

—Pueden unirse a la feliz pareja en la pista de baile —Nos informa el padrino al invitar a una de las madrinas a la pista. Muchas personas se levantaron para acompañarlos, incluyendo la pareja de casados de nuestra mesa.

Quería bailar y lo iba hacer una vez que el alcohol hiciera efecto; no planeó presentarme a la pista sobria. Sabía que Michael estaba pensando en sacarme a bailar por la mirada fugaz que me brindó. Creí que debería rechazarlo, pero, para mi suerte, apareció una de las madrinas pavoneándose seductoramente.

—Hola, me preguntaba si… ¿te gustaría bailar conmigo? —le dijo la Madrina a Michael una vez frente a nosotros. Su sonrisa era tan amplia que podía imaginarme al gato sonriente de Lewis flotar frente a nosotros.