Gorgeous

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Por unos segundos pareció que el mundo se había detenido de nuevo. A pesar de la oscuridad podía ver el intenso azul en los ojos de la otra persona o simplemente era una alucinación.

Pero joder, estaba tan feliz y asustado de verlo de nuevo. Tuvo que contenerse de ir hacia él para besarlo y acariciar ese abdomen que el crop top le dejaba ver.

Tenía los músculos marcados, no de una forma exagerada pero joder, estaba seguro de que su miembro estaba poniéndose erecto al ver la cintura y la piel blanca ante él. El lugar oscuro era una ventaja, aunque sabía que Xingchen se había dado cuenta de su reacción podían fingir demencia, y por supuesto, el prometido de Xingchen tampoco lo sabría.

Subió su mirada de nuevo solo para encontrar un cuello vacío: la cadena con el anillo de compromiso no era visible. Pero cuando sus ojos encontraron los luceros resplandecientes encontró enojo dentro de ellos.

—¿Me estás siguiendo?— preguntó Xingchen sacándolo de su trance.

Xiao Xingchen tampoco podía creerlo. Había ido a aquel lugar para esconderse de la gente conocida, de los desconocidos, del alcohol y aunque no quería aceptarlo, de Zichen. No le agradaban las fiestas, no cuando había tanta gente en ellas. Tenía problemas con el alcohol y... De cierta manera sabía que iba a encontrarse con Xue Yang.

Así que prefirió estar oculto, de la gente y de sí mismo. Odiaba a Xue Yang de cierta manera, su enojo creció al creer que este lo buscó por otra razón; investigando más sobre él supo que en realidad se apellidaba "Jin", así que eso le hizo desconfiar más. Eso, y que no podía negarse que le gustaba.

Sería inútil negarlo. También odiaba a la vida porque hacía años que trabajaba como modelo y era la primera vez que sabía sobre él, exactamente sobre él. Parecía que la vida se burlaba de Xingchen, poniéndolo frente a él cada que podía, incluso poniendo cosas que le recordara a Xue Yang.

Lo peor es que, justo en ese momento, ese hombre tan atractivo había aparecido.

—No...— contestó vagamente ¿Qué mierda le estaba pasando? Solo era un chico bonito frente a él y trabaja con muchos todo el día. —No, no te estoy siguiendo, solo salí a fumar— mostró el cigarrillo en sus dedos.

—No me refiero a eso, me refiero a— tras una pausa que duró segundos, continuó —Olvídalo— pidió dejando ir la valentía que la ira le proporciono.

Xue Yang llevó el tabaco a sus labios e inhaló.

—No sabía que eras un modelo, aunque debí haberlo adivinado— contestó dejando salir el humo entre las palabras.

—Sí, claro— la incredulidad salió sin querer.

Bebió el agua mineral que tenía en sus manos en un intento de distraer su mente porque aquel hombre se estaba acercando a él. Un hombre atractivo que parecía desearlo.

No quería distraerse; ya era suficiente con verlo llegar al lugar donde se estaba escondiendo, deslumbrando con su caminar seguro y con la vestimenta que tenía; vestía de negro pero resaltaba de entre todo y todos.

—En serio Xingchen ¿Crees que hubiera fingido demencia? Joder— en ese punto no sabía qué sentir. Uno de sus miedos se volvió realidad: el chico que le gustaba pensó que solo se le acercó por trabajo —¿Quieres que te sea honesto? Solo vine porque mi hermano me obligó, ni siquiera sabía que ibas a estar aquí— porque si lo supiera habría sido el primero en llegar.

Aunque sabía que no debía de importarle, lo hacía. No iba a dudar en ser la manzana de la discordia, ni siquiera iba a negar hacer el trabajo sucio de GuangYao de nueva cuenta si se le ofrecía como recompensa tener un beso de Xiao Xingchen.

Getaway carDonde viven las historias. Descúbrelo ahora