Bad news

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Hola, hoy hice actualización doble, así que posiblemente te hayas saltado un capítulo. Corre al primero y si vienes de allá, hola de nuevo.

*

Una luz molesta le hizo abrir los ojos. Los rayos de sol resaltaron el tono rojizo de los iris, y aunque estaba feliz de despertar, volvió a cerrar los ojos. El dolor de cabeza era fuerte, tanto que sentía que le explotaría en cualquier momento.

Sintió un apretón discreto alrededor de la cintura, un aviso pertinente de con quién estaba. La mano pálida le sujetó con fuerza asegurando que no se moviera demasiado. La comodidad que sentía era indescriptible, parecía el cielo a pesar de la resaca.

Volvió a abrir los ojos, recordando pequeñas escenas de la noche anterior, como que estaba con GuangYao en una fiesta, que iba a buscar a Xingchen y luego su extraño sueño donde le propuso matrimonio.

El sitio donde había dormido era completamente nuevo para él, incluso el olor a incienso que podía percibir. Tenía que investigar dónde estaba y como fue que llegó con Xingchen hasta ahí pero, después, por el momento iba a volver a dormir.

—Buongiorno, LaoGong— escuchó en su oído a un adormilado Xiao Xingchen.

Pasaron pocos segundos en los que pudo caer en cuenta que le llamó "LaoGong". Entonces el sueño desapareció por completo ¿Sí le propuso matrimonio?

Giró su cuerpo para encontrar una de las imágenes más hermosas que nunca antes había visto: gracias a la luz solar los ojos de Xiao Xingchen cambiaron de color a uno más claro, su piel se veía radiante y el color del sol quedó perfecto a su piel.

Cuando bajó la mirada a los labios delgados notó la sonrisa burlona.

—¿No lo soñé, verdad?— preguntó con vergüenza.

—No, LaoGong— contestó con los labios apretados. Era demasiado obvio que le causaba gracia pero, se veía feliz al mismo tiempo.

—Ay no, perdón, sé que es muy apresurado. No significa que no quiera casarme contigo, sí quiero— aunque quiso continuar sus labios fueron atrapados por un beso.

—Lo sé, fue un impulso de borrachera, al igual que querer llevarme a la fuerza a Italia— contestó el otro a unos milímetros de él —De todos modos, no me voy a quitar mi anillo— le mostró la mano izquierda con el anillo que hizo.

La vergüenza comenzó a invadir su rostro así que se escondió en el pecho tibio de Xiao Xingchen. Este siguió riendo con suavidad, recordándole que la primera vez que escuchó esa risa burlona fue el día en que se conocieron.

Joder, había pasado tan poco tiempo y a la vez tanto. Parecía que el tiempo no existía cuando estaban juntos, ni las personas, ni los problemas, solo estaban los dos. Por esa razón quería llevárselo hasta Italia y casarse en ese país para comenzar su vida como matrimonio.

—Dime LaoGong otra vez— pidió, olvidando la vergüenza.

—LaoGong— murmuró el otro con un rubor ligero en las mejillas.

El pequeño cambio de actitud provocó en Xue Yang una lujuria desconocida. Se atrevió a alcanzar las mejillas enrojecidas para besarlas con suavidad. Beso a beso fue bajando hasta encontrar el cuello con olor delicioso, ese olor tan característico que lo hacia apetecible al gusto.

Por más que intentó, no pudo resistirse a darle una mordida, esa tortura habitual con la que Xiao Xingchen sufría y disfrutaba. Los dedos de este apretaron su cintura por el dolor pero no hubo queja alguna. Lo único que escuchó fue un gemido largo y ahogado.

—Tengo que ir a trabajar en unas horas— recordó el joven, arrepentido de estar gozando del dolor.

—¿Entonces no voy a poder disfrutar de ese culo tan bueno?— murmuró Chengmei para causar la misma reacción que una noche anterior.

Getaway carDonde viven las historias. Descúbrelo ahora