Getaway car

118 15 38
                                    

A-Qing no podía dejar de observar el cuerpo herido de su "jefe". Se veía bastante mal, incluso seguía inconsciente y aún no sabían cuándo despertaría.

Sí, le ayudó a Chengmei a que sucediera pero él dijo "un susto" "una advertencia" no que lo iba a mandar al hospital. Sabía que se lo merecía, que se lo ganó por ser tan violento con Xingchen; a pesar de eso la culpa llegó a su ser.

Se sentó en la silla dentro de la habitación para descansar y seguir trabajando. Con su jefe hospitalizado tenía que hacer doble trabajo, incluso triple; llegó a entender porqué era esencial un asistente general. Lamentó haberle dicho a Xingchen que se fuera, sin embargo, tenía que estar lejos de ahí.

La jodida Mei Xi había aparecido tres veces en un solo día (y apenas era medio día) para preguntar acerca de Song Zichen. Se veía tan preocupada y enamorada que A-Qing sintió pena. No sabía qué era peor: el hecho de que la chica seguía creyendo que Song Lan iba a dejar a Xingchen para estar con ella, o que Xingchen no pudiera ser libre por el capricho de Zichen.

Jaló la laptop de su jefe para hacer sus pendientes desde ahí. Iba aprovechar para quitar el rastreador de Xingchen pero descubrió que necesitaba el teléfono de su amigo porque solo se podía desinstalar desde el dispositivo.

Entonces la puerta de la habitación se abrió otra vez, dejando ver a la amante. Qing suspiró cansada, de nuevo tendría que correrla de ahí.

—¿Porqué sigues aquí?— cuestionó la otra mujer.

—Soy su asistente por si no recuerdas, creo que la que no tiene que estar aquí es otra— contestó con la amabilidad que pudo forzar.

—Quiero estar aquí— sentenció con molestia —Es mi novio, quiero cuidarlo— concluyó con determinación.

—Bien, si quieres arruinar la reputación de tu familia y la de Song Lan diciéndole a todo el mundo que no te importó ser amante de un hombre comprometido, está bien, me rindo. Veremos qué opina Zichen cuando despierte— cerró el dispositivo portátil y se levantó con lentitud. Sí, eso era manipular a la joven; no tenía otra opción, no le dejaron otra.

Servía para descansar un poco.

Sin embargo, al parecer la amante cambió de razón porque la tomó suavemente del brazo. El olor dulce de su perfume era bastante familiar y caro. Era similar al que una vez Zichen le regaló a su prometido.

Se observaron por unos segundos, notando las diferencias entre ellas. Mei Xi se veía cansada a pesar de que no había trabajado; no tenía ni una gota de maquillaje, su cabello estaba peinado y aún se veía maltratado, además de despeinado.

—Su prometido no está aquí, por eso lo voy a cuidar— explicó sin perder su molestia —Él debería estar aquí.

—No está aquí porque Zichen casi le rompe la mano— contestó mirándola directamente y perdiendo su amabilidad.

—Zichen no es así — refutó con ira.

—Xingchen y yo creíamos lo mismo. En fin, quédate con él por hoy, después te darás cuenta si valió la pena o no— concluyó —Me iré a descansar, llama si Zichen necesita algo— se despidió.

Sacó su teléfono para empezar a retrasar los planes de la boda, dudosa de que continuara o de que Zichen quisiera seguir con el evento en esa fecha debido a su recuperación porque a simple vista era difícil que se levantara en una semana.

De lo que sí estaba segura era que Xingchen no quería casarse y no lo culpaba, lo entendía. Incluso, en ese momento entendía si Xingchen quería escapar.

Dió un último vistazo a la habitación de Song Zichen y reprimió el deseo de pedir una prueba de ADN para comprobar que eran hermanos; ya tendría otra oportunidad de arruinar su vida sabiendo información innecesaria.

Getaway carDonde viven las historias. Descúbrelo ahora