The light of freedom on my face

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La puerta de la oficina frente a él se abrió. Sonrió como un idiota al darse cuenta de que Xue Yang estaba ahí en la gerencia, vistiendo un traje negro con algunos destellos rojos.

Le hizo una señal con la cabeza para que entrara, por lo que le obedeció enseguida. A-Qing fue tras de él ya que quiso acompañarlo porque tenía que decirle algo junto a Xuan Yu. Sí, no tenía idea en qué momento habían estado juntos.

Una vez adentro, Xue Yang le "ayudó" a sentarse en una de las sillas frente al escritorio, lo cuál solo lo usó de pretexto para acariciar su cintura y caderas. A-Qing tuvo que ver esa escena nauseabunda.

Yang fue a su asiento atrás del escritorio y comenzó a buscar algo entre los papeles que tenía en la mesa. Encontró el contrato destinado a su pareja pero había un detalle: GuangYao era el jefe, él debía estar ahí para que pudiera ser firmado.

—¿Eres el jefe él día de hoy?— preguntó Xiao Xingchen sin despegar la vista de aquel joven.

No podían culparlo, la forma en que estaba sentado, el traje, la sonrisa de siempre y sus ojos brillantes hacían que aquella imagen fuera hipnotizante.

—Solo por unas horas, en lo que viene tu cuñado— sonrió ante el sonrojo de Daozhang —Fue a ver a Guang Shan, tuvo un accidente— resumió con un gesto complicado.

—¿Qué le pasó? ¿Cómo sigue?— la preocupación salió sin que pudiera evitarlo.

—Un idiota ebrio golpeó su auto. Aún no despierta pero, descuida, hierba mala nunca muere— aseguró sonriendo —¿Te gusta como me veo como jefe?— indagó dejándose caer en el asiento ancho.

Antes de que pudiera contestar, A-Qing murmuró que saldría a esperar al otro joven, no tenía humor para soportar sus coqueteos. La pareja comenzó a reír una vez que estuvo afuera.

Xingchen se levantó y caminó hasta el lugar de Xue Yang. Tuvo el atrevimiento de subirse en la misma silla que su novio pero, frente a frente, dejando sus rodillas a cada lado de los muslos fuertes.

—Me encanta— murmuró a un par de  milímetros de los labios ajenos. Sin decir más, se giró para sentarse dandole la espalda.

Agarró el contrato en sus manos para darle lectura en silencio, curioso por conocer las condiciones, términos y reglas del nuevo empleo. Mientras leía, las piernas bajo él comenzaron a moverse como si estuviera montando un caballo.

Bastaron pocos minutos para que Xingchen sintiera un bulto creciente entre sus glúteos. Claro, no iba a tomarle demasiada importancia porque era algo fisiológico, y de hecho, su novio estaba intentando ocultarlo. Además, había sido una semana larga donde no habían podido estar juntos, y pensar solo en sexo parecía algo egoísta.

Dejó la carpeta en el escritorio para dejarse caer en aquel pecho firme. Fue abrazado con fuerza, impidiendo que cualquier distancia entre ellos existiera. El calor corporal de ambos incrementó al punto en que comenzaron a sentirse acalorados y aún así no quisieron separarse.

Yang se quitó el saco y por su parte, Xingchen decidió quitarse el fino suéter, dejando una ligera camiseta de color blanco.

—Te extrañé— murmuró Xue Yang, un tanto inseguro de decirlo.

—Los días se sienten pesados sin ti— confesó Xiao Xingchen.

El ambiente se puso triste, cayendo en la realidad de que posiblemente sería así hasta que encontraran la forma de ser libres. La cintura de Xiao Xingchen fue apretada con fuerza en un intento infantil de Xue Yang para que se quedara ahí, siempre, en su regazo, en esa oficina, asegurándose de que nada les faltaría.

Getaway carDonde viven las historias. Descúbrelo ahora