Getaway car

Fresh out the slammer

El silencio era ensordecedor. Era la demostración de que lo sucedido era real, de que todo se estaba yendo a la mierda y en parte era su culpa.

Cuando aceptó ayudar a Xiao Xingchen jamás imaginó que todo terminaría así. Song Lan había logrado escapar de Xuan Yu, una vez que este último se distrajo, para correr detrás de Xingchen. Sin embargo, solo pudo observar cómo se alejaba en una moto, abrazando a Chengmei. Lo que la mayor parte de los invitados y la prensa logró observar, fue a Song Lan regresar furioso hacia una persona en específico.

—¿Fuiste tú, verdad? —le cuestionó.

Entonces, el ruido empezó de nueva cuenta. Los murmullos y susurros, las cámaras empezando a fotografiar y grabar. La gente que se acercaba y otros que intentaban alejarse.

Entonces, se dio cuenta de que lamentablemente para ella, todo era real.

—¡Maldita traidora! —gritó una vez que estuvo cerca de A-Qing. Intentó huir, pero su medio hermano logró tomarla del brazo y darle una cachetada sonora— Estás arruinada, voy a hacer todo lo posible para que te devuelvan a tu país de mierda y aunque estés del otro lado del mundo te voy a arruinar la vida, jamás vas a huir de mí —le dijo mientras le apretaba el rostro.

El ruido incrementó, por lo que ambos recordaron que no estaban a solas. La ira nubló el juicio de Song Lan, por lo cual olvidó que había demasiadas cámaras para sobornar, y como iban las cosas, seguramente tendría que exprimir a Mei Xi para no quedarse en la pobreza total. Así que cuando reaccionó, salió empujando a cualquier persona que se le atravesó en el camino.

Tom estaba a punto de vomitar, sabiendo que corría peligro si seguía en la maravillosa China. Tenía que volver a su país, dónde su esposo le esperaba. Se acercó a Jin GuangYao, quien disimulaba una sonrisa de satisfacción.

—Creo que esta será la última vez que nos veremos —dijo Tom con un tono de voz confuso.

—También lo espero, al menos por este proyecto. Quizá en un futuro creceremos a un punto donde seamos internacionales, y quisiera que estuvieras ahí —contestó GuangYao con una sonrisa.

Tom estuvo por despedirse de Xuan Yu, pero este último se alejó sin explicación.

A-Qing corrió hacia la cocina, donde el personal de eventos la miraba confundido. Obviamente habían escuchado cada una de las cosas ocurridas fuera de esas cuatro paredes, por lo que era fácil deducir que no sabían si el banquete continuaría o sería cancelado. Ella, con lágrimas en los ojos, negó con la cabeza, señal de que tendrían que cancelar el banquete. Era increíble que tuviera que seguir funcionando como asistente a pesar de que se sentía humillada.

Si era sincera, era la primera vez que sentía que las consecuencias de sus actos la comenzaban a alcanzar, empezando por ser una pésima hija, una pésima amiga y haber solapado las acciones de su hermano. Estaba segura de que la reputación de Song Lan se había arruinado por completo, y que, en todo caso, la de ella igual. Con o sin escándalo, era una coreana con residencia china que era falsificada, que por fortuna no había sido descubierta.

Una chica del banquete le acercó un vaso con agua y una silla para que lograra obtener un poco de calma. Por fortuna no sucedió lo que Zichen le había dicho: cada persona china la iba a rechazar por ser una inmigrante ilegal.

—Aquí estás —escuchó la voz de Xuan Yu cuando estaba tomando el segundo sorbo de agua —Creí que te había investigado bien ¿soy tan imbécil como para no saber que eres extranjera? —cuestionó con curiosidad.

—Mis documentos oficiales son falsos —contestó con desgana. Se retiró los tacones que tenía puestos y los aventó frente a ella—. Supongo que es hora de regresar a mí bella Corea, ya no tengo nada aquí. Nunca tuve familia y el que creí que sería mi hermano solo es un hombre con el que comparto donador de esperma —concluyó, con la vista borrosa.