Capítulo 17

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"Es pura estrategia, Fox"

El chico me mira arrepentido, derramaba lágrimas. Estaba desesperado por que creyera lo que decía.

Intentó acercarse y yo me volví a alejar.

—Nik...—le susurro, estaba asustada, quería creer que son los juegos. Que si estuviéramos fuera el sería el mismo chico dulce que un día me mostró.

Pero creo que eso no es más que una ilusión que yo misma cree.

—Eliza— me susurra. El chico se acerca con pasos lentos y esta vez no me alejo —Por favor. Yo te quiero— me dice entre lágrimas —Y sé que tú me quieres. Por favor, no te alejes de mí. No me dejes.

El chico acorta la distancia y me envuelve en un abrazo. Solloza contra mi cuerpo.

Estaba confundida, asustada. Quiero creer que este no es el verdadero Nikanor. Desde que lo picó esa maldita serpiente es una persona completamente diferente... o tal vez este es el verdadero chico Gray.

Manipulador. Frío. Sin compasión.

Le doy el beneficio de la duda, porque el me ha mantenido viva hasta este punto.

—Está bien— le digo susurrándole al oído —Está bien.

El chico se aleja un poco y me mira, me toma de la cintura con cariño y da un ligero apretón. Como solía hacerlo antes de empezar los juegos.

Tomo todo el valor que tengo y le doy una fuerte patada en la entrepierna y luego en su estómago.

El chico me suelta, se retuerce y yo me hecho a correr.

Las lágrimas nublan mi vista, escucho sus gritos desesperados.

Y como por arte de magia -obra de los malditos vigilantes- la noche cae en cuestión de segundos.

Me obligo a parar de llorar porque no podía ver nada, a pesar de eso no paro de correr.

Corro y corro y corro y no paro.

No hasta que estoy segura de estar lo suficientemente lejos del moreno.

Y cuando las plantas de mis pies arden, me echo a llorar. Estiro mi cabello y ahogo un grito con la manga de mi chaqueta.

Como una mala jugada pasan por mi mente los puntos críticos sobre Nikanor que estuve dispuesta a ignorar.

Jurarme que mataría a quien sea y de la manera que sea para que al final solo quedáramos el y yo. La vez que le pregunté en los entrenamientos si era el quien deseaba matarme.

Recargo mi cabeza en el tronco, culpándome por haber sido tan estúpida.

Por haber caído en las redes de Nikanor Gray.

Él fue quien dio la idea de quemar vivos a los profesionales. Quien dejó morir al chico del siete. Quien mintió sobre la comida para poder sobrevivir. Quien dio la idea de cazar a los tributos. Quien mató al chico del cinco, a la del dos y a la del tres al empezar el baño de sangre.

Y aún así, nunca lo vi culparse o sentirse mal de haber matado a alguien.

Quise creer que era por los juegos. Porque de todas formas ellos tenían que morir para que alguno de los dos sobreviviera.

Él nunca fue malo conmigo, ni me ha lastimado.

Supongo que fueron los abusos de su padre, las peleas en el distrito. Las muertes recientes, lo que lo ha llevado a matar sin piedad.

Y sé que si llega el momento, el me matará.

Porque el chico Gray, mi chico Gray, es compasivo, amoroso, paciente, sentimental, protector. Pero también, mi chico Gray es rencoroso, manipulador, vengativo y también ha matado a la mitad de los tributos de la arena sin mostrar un poco de arrepentimiento.

Los Juegos del Hambre «Finnick Odair»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora