"Mags"
El enemigo del cual huimos es extraño y extravagante en su forma de matar. No hay forma de detenerlo, solo correr lejos de el y eso es lo que lo hace muchísimo más peligroso que cualquiera de los vencedores que están aquí.
La niebla es inmensa y avanza de prisa.
Tratamos de huir entre las frondosas hojas de plantas de la jungla, pero nos juegan en contra. La niebla se acerca y realmente no sabemos a donde correr, solo lo hacemos, sin detenernos.
Corremos en línea recta siguiendo a Peeta, pero la neblina nos arremete por ambos lados, nos está acorralando. Le sacamos la vuelta como podemos. Pero nos lleva a más callejones sin salida.
Corremos lo más rápido que podemos, pero ya no es suficiente. La neblina toca una de mis piernas.
Y siento como quema las células de mi cuerpo, como las revienta en dolor.
Grito al instante, pero me pongo de pie lo más rápido que puedo. Finnick está a mi espalda con Mags cargada encima.
Corremos. Escucho el grito de dolor de Katniss y después el de Peeta.
La niebla llega a Finnick y hace que ambos caigan, me acerco para ayudarlos y la niebla nuevamente me alcanza.
Mi rubio y yo chillamos de dolor.
La niebla se acerca, nos acorrala.
Corremos hacia Katniss. Peeta estaba tumbado, con ampoyas en la mitad del cuerpo.
—No puedo cargarlo— solloza Katniss —Peeta, por favor.
Inesperadamente, siento los frágiles labios de Mags en mi frente, la miro sin entender.
—Mags— la llamo.
Después se acerca a Finnick y le da un beso. Lo mira con ternura.
—¿Mags? — Finnick trata de comprender, me mira entre aterrado y confundido —¿Mags? ¡Mags!
—¡Mags! — la llamo también.
Pero la mujer se alejó de nosotros y dejó la neblina la consumiera por completo.
—¡MAGS! — escucho el aullido destrozado de Finnick.
El cañón tardó solo un segundo en escucharse.
Mi vista se nubló. Mi piel ardía, quemaba. Estaba abrumada, todo estaba pasando tan deprisa.
—Finnick— lo llama Katniss, coloca sus manos en ambos lados de la cara del rubio para que la viera —Finnick. Debemos irnos, debemos salir de aquí.
Finnick finalmente la mira.
Tenemos que irnos.
El rubio se giró y me miró por un momento, quité las lágrimas de mi cara y me levanté, tomé el tridente de Finnick y en cuanto lo hice la neblina tocó una parte de mi espalda y mis pantorrillas.
Grité de dolor.
Pero comencé a caminar al lado de mis compañeros.
Finnick y Katniss cargaban a un inconsciente Peeta.
Caminamos un par de metros, hasta que la neblina tocó nuestros cuerpos. Escuché los gritos adoloridos de Finnick y solté uno también.
No soy consciente de en que momento resbalamos por un acantilado. Estoy completamente tendida en el suelo cuando veo la enorme nube de veneno acerca a nosotros.
No me muevo, no me resisto, no soy capaz de hacerlo.
Y cierro y abro mis ojos con fuerza cuando veo como una pared inexistente detiene la neblina.
ESTÁS LEYENDO
Los Juegos del Hambre «Finnick Odair»
FanfictionHistoria sobre tus Juegos del Hambre. Tú, Finnick... Y Nikanor Gray Libro 1: Terminado. Libro 2: En proceso.