FREE HUGS || YM || ~Mila

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Yoongi se quedó rebotando el balón en la cancha de pavimento por unos pocos segundos, mirando con una sonrisa al par de alfas frente a él preparándose por algún movimiento. Sintiendo el viento revolverle el cabello, Yoongi les hizo una finta y giró, adelantándolos hasta llegar a la canasta sin red y lograr pasar el balón por el aro. 

Escuchando una maldición y una carcajada al mismo tiempo, Yoongi se giró a ver a los sujetos con los que jugaba. Antes de decirles que le dieran un segundo, entre jadeos y sonrisas divertidas, el tren apareció para silenciarlos a todos. 

Hizo una seña al aire y le arrojó el balón al que estuvo más cerca, viéndolos empezar un juego individual al instante. Yoongi se pasó el brazo por la frente sudada y trotó a su bolso en el rincón de la cancha, pasando por el costado de un par de omegas que se quedaron a mirar el juego, dos de ellos lo saludaron. Yoongi alzó el mentón, prestando más atención a su celular. 

Escuchó sus risitas antes de llevarse el teléfono a la oreja. No escuchó los comentarios que los omegas comenzaron a compartir. 

Cuando la llamada fue contestada, una sonrisa le estiró los labios.

—Buenos días, ángel.

Así como los omegas se quedaron de inmediato en silencio, al otro lado de la llamada Jimin emitía un adorable quejido. 

"Me despertastee". 

—Es mediodía, me dijiste que te llamara si no lo hacías tú. 

"Te dije que vinieras si no te llamaba. Que entraras con la llave que está sobre el marco de la puerta". Jimin hizo ruido al otro lado. "Así te convencería de dormir conmigo cinco minutos más". 

Yoongi se pasó la toalla de mano por la frente.

—Suena maravilloso y me arrepiento por completo de no haber ido —admitió—, pero terminé acompañando a Matt a un juego callejero y ahora estoy aquí con él y otros conocidos. 

"¿En la cancha de la otra vez?".

—Ajá. Jugaré un rato más y luego me iré al dormitorio a darme una ducha. ¿Nos vemos allá?

"¿En la ducha?".

Yoongi entrecerró los ojos. —Tentador...

Jimin se rio. 

"Me dijiste que me ayudarías a ordenar la maleta".

—Sí, pero tenemos que tomar desayuno —Yoongi se giró a mirar el juego, confirmando que no necesitarían de él si se iba—. No sé si llevarte algo para comer o preparamos una especialidad de cereales allá. 

"Mmmm, especialidad de cereales. Suena bien". 

—Es adorable que quieras cuidar mi billetera. 

"Ya sé que tus mamás te dan dinero para el mes, ¡pero estamos terminando febrero! Y yo tampoco tengo mucho más que para un par de viajes en autobús. Los cereales suenan bien". 

Yoongi se rio entredientes. —Volveré a conseguir un trabajo a medio tiempo para así comprarte todos los desayunos del año. 

"Cállate", dijo, pero se reía también.

Yoongi dejó la toalla de vuelta en su bolso y, en cambio, sacó de ahí su sudadera.

—Oye, ¿estás durmiendo con mi camiseta?

"... No".

—Solo decía, ya sabes. Porque estaba muy seguro que traía cuatro en el bolso cuando volví de Daegu, y de pronto llegué a mi dormitorio después del juego y solo vi tres. Llevo cinco días enteros sin encontrarla.