FREE HUGS || YM || ~Mila

➤ 17

A Yoongi se le alzaron las comisuras de la boca sin permiso, sonriendo por el gatito negro jugando entre sus piernas. Su mano ya le dolía por los rasguños, pero el par de ojitos brillantes y el espíritu juguetón de Vinci no le permitían molestarse. 

Estaba, por el momento, sentado en la alfombra. A un costado de la cama desordenada, y solo con el pantalón (que ni siquiera cerraba aún). Traía el cabello revuelto, y todavía sentía los ojos pesados por haber apenas despertado. 

—Ay —Yoongi alzó la mano para que la bola de pelos no la volviera a alcanzar—. Sé gentil. 

Vinci le miró con las patas delanteras alzadas, mostrando la panza y las garritas. 

Yoongi apretó los labios para no sonreír. "Está bien, arráncala si quieres", estuvo a punto de decir.

—Hey —murmuró Jimin con voz somnolienta, justo detrás de él. 

Yoongi se giró para verle. El omega estaba removiéndose en las sábanas, sonrojado y con los ojos todavía medio cerrados.

—Buenos días —contestó Yoongi. 

Él se rio. —Cuando nos dormimos eran buenos días. ¿Qué hora es?

—Las doce.

Jimin suspiró, abriendo los ojos y mirando el techo. —No es tan tarde —Luego volvió la mirada al otro, sonriendo al verle tomar a Vinci y dejarlo a su lado en la cama, al costado de la pared—. Sí te quedaste —murmuró. 

—Te dije que me quedaría hasta que despertaras, ¿verdad? —Yoongi dejó una última caricia en las orejitas de Vinci y fue en busca de su camiseta—. Ahora ya me voy. 

Jimin metió sus labios entre los dientes, bajando la mirada para ver a su gatito revolcándose en la cama. 

—Huele a su alimento.

—Sí, encontré la latita en la alacena —Yoongi se acomodó la ropa y estiró el brazo hasta su chaqueta, girándose para verle—. Limpié su caja de arena, también. Y jugué un buen rato con él, así que se dormirá pronto. 

Sin poder evitarlo, Jimin se rio. 

—Para este punto ya eres su otro humano. 

—Será un honor que me consideres su otro humano —Yoongi se terminó de acomodar las zapatillas—. ¿Hay algo que quieras antes de que me vaya?

—Llévate mi bufanda. 

Yoongi parpadeó. —¿Hm?

—Estás temblando como Bambi recién nacido, llévate mi bufanda. 

—Oh, vale. Gracias —El alfa la agarró de encima de los muebles y se giró a mirarle con una sonrisa mientras retrocedía—. Ahora tengo una excusa para volver por ti. 

Le mostró los dedos como si fuesen pistolas. 

—Agh, lo que digas. 

—Nos vemos, ángel.

Jimin, con una sonrisa también en el rostro, se acurrucó en la cama y le vio partir. 

—Nos vemos...

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Yoongi esperó frente a la puerta del dormitorio de Taehyung y Namjoon con un bostezo de por medio. Aunque no alcanzó a escuchar demasiada evidencia de vida en el interior, no tardaron en abrirle el paso. Así se encontró a Jin. 

Su amigo le miró de pies a cabeza, repentinamente preocupado.

—Amigo..., creo que esto te puede impactar —Así le saludó—, pero debes... saberlo. Alguien debe decírtelo. Me parece que... s-se te destiñó la bufanda-