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Con el clima empeorando poco a poco, a Hoseok le sorprendía que todavía no hubiese comenzado a nevar. Acababa de dar pie fuera de la fiesta y la expresión ya se le estaba congelando en una mala mueca de molestia. Echó un vistazo alrededor de la casa, mirando universitarios ir de aquí para allá.

Alcanzó a ver a un sujeto vomitando en el césped también, aunque el alfa decidió no darle mucho tiempo más de su atención por cariño a su propio bienestar. 

Con el celular en la mano, leyendo una vez más el mensaje que Jimin envió, Hoseok metió las manos en los bolsillos y esperó en la vereda. Fijó la mirada en la entrada de la casa, esperando que el aire frío y el poco movimiento no empeorara su ligero estado alcoholizado. 

Jimin apareció al minuto después.

—Bueno, estoy confundido —suspiró el alfa, viendo al rubio acercarse a él con un par de ojos inocentes—. Creí que te habías metido a un cuarto con el sacerdote. ¿Qué ocurrió?

Jimin sonrió de lado. —Es adorable. No quería lastimarme.

—Ah, otra vez lo mismo. Tú y tu extraña costumbre —bufó el otro—. ¿Agregarás su nombre a la lista de príncipes azules que buscarás a los treinta para casarte al fin? 

Jimin asintió, como si no hubiera duda alguna.

—Mientras tanto, creo haber encontrado a alguien dispuesto a entretenerme. 

—¿Oh?

—Yoongi —aclaró Jimin, comenzando a caminar a un lado de Hoseok—. Estaba en la fiesta. 

—¿Te volvió a pedir que tuvieran sexo?

Jimin se quedó en silencio por un momento. —Le di mi número —prefirió decir.

Hoseok tensó una ceja en alto. —¿Tu número? —preguntó—. ¿Desde cuándo das tu número? 

—Tengo curiosidad.

—¿De su pene?

Jimin casi se ahoga. —¡No! —Hoseok arrugó los labios—. Quiero saber qué tanto es capaz de esperar. Nadie ha sido así de insistente..., y tonto, ambas al mismo tiempo, nunca. 

El alfa alzó las cejas y miró otra vez al frente.

—Ya. Entonces es una venganza por lo de la vez pasada.

—No es una venganza —Jimin rodó los ojos—, pero... —Suspiró—. Chanyeol es casi el quinto con el que no resulta y, no sé, supongo que salí de ese cuarto frustrado. 

—¿Chanyeol?

—El Sacerdote.

Hoseok asintió con comprensión. Antes de que siguiera siendo interrogado, sin embargo, su celular comenzó a vibrar en el bolsillo de su pantalón. Hobi le miró sorprendido.

—No jodas. ¿Es él? ¿Ya? ¡El depravado es una ternurita! Está así de desesperado por tu trasero.

Jimin apenas vio el nombre resaltando en la pantalla cuando decidió rechazar la llamada. 

—Es Jungkook —dijo, aburrido—. Lo llamaré después. Debe querer que le invente otra historia para salir corriendo de la fiesta sin Yugyeom pegado a su cuello.

Hoseok soltó una risa aburrida, mirando al frente.

—¿Qué haces? —preguntó él luego, viendo a Jimin dirigirse a los dormitorios de los omegas—. Creí que irías conmigo a ver algunas películas.

—Estoy cansado y necesito una ducha —Jimin estiró los brazos y rodeó el cuello del alfa. Hoseok, aunque correspondió a su abrazo, le había tomado por sorpresa la repentina cercanía—. Nos vemos mañana —murmuró.

FREE HUGS || YM || ~MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora