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Y las clases comenzaban otra vez. 

Después del año nuevo acompañado de Jungkook y Hobi en el balcón de su dormitorio, y de la increíble experiencia sexual que Yoongi le entregó dos días después —apenas ayer—, Jimin estaba en proceso de aceptar que ya debía volver otra vez a su vida de estudiante. O al menos procesarlo para antes de mañana a las siete. 

La universidad no era tan mala, la verdad. Disfrutaba gran parte de las cosas que aprendía, y también le gustaban las actividades fuera de ello, como bailar, pero después del terrible clima que ha tenido a diciembre secuestrado Jimin no ha podido disfrutarlo demasiado.

Llevaba algo más de tres semanas sin poner un pie dentro de la academia y podía jurar que ya no recordaba el rostro de Taemin, Momo o el de la misma instructora. Ni siquiera podía recordar cuántos otros asistieron a la última clase aparte de Hobi y Jungkook. 

Ah. 

Una de esas últimas clases fue la que lo llevó a conocer a Yoongi. 

Ahora que lo conocía le sorprendía un poco recordarlo ofreciendo abrazos a desconocidos. 

No es que conociera mucho al alfa... 

Es decir, claro, se habían visto desnudos, provocado el orgasmo del otro y se besaron un montón, pero no se refiere a eso. Jimin no lo conocía mucho como persona. 

Sabía que era algo torpe y muy insistente. Con tres semanas de conversaciones diarias aprendes algunas cosas, supuso. También que solía ser extrañamente bromista. Tenía buen sentido del humor, y ambos poseían probablemente el mismo nivel de coquetería en el juego. Aunque Yoongi solía rendirse mucho más rápido al suyo. Algo que a Jimin le encantaba, cabe mencionar. 

Volviendo al punto importante; ahora que lo conocía un poco más, le sorprendía que el alfa hubiese estado dispuesto a ofrecer abrazos en la calle. El hombre no parecía de ese estilo. 

Aunque qué sabía Jimin de él, de todos modos. 

No le importaba mucho el no saber, tampoco. 

Claro que no le importaba. 

—¿Jimin?

El omega se detuvo a mitad de camino, quieto bajo el marco de la puerta, a punto de entrar a su dormitorio y con la nariz enrojecida de frío. En su mano una bolsa con el ramen instantáneo y el refresco que acababa de salir a comprar. 

Cuando se giró a mirar abajo, sintió su cuerpo tensándose en la quietud absoluta.

Yoongi lo miraba desde el primer piso, con las manos en los bolsillos y un bolso colgando de su hombro derecho, ropa sobresaliendo desde una abertura. Parecía venir de la lavandería.

Jimin le miró quedo, con una expresión temerosa en el rostro, víctima de la sonrisa satisfecha y divertida del alfa al verle congelarse a puertas de su dormitorio.

—Ohhh, angelito —exclamó, mirándolo con incluso más burla—, así que vives ahí. 

—No —fue la inmediata respuesta de jimin, luchando por mantener el semblante serio—. No, aquí vive un amigo. 

El alfa asintió, sonriendo sin dejar de mirarle. —Ajá. 

—Es en serio. No vengas aquí nunca. No soy de aquí. Yo vivo en el último piso y-

—Nos vemos, ángel —le interrumpió, girando en sus talones y volviendo a caminar—. No me gustaría que te resfriaras por mi culpa. Nos vemos otro día. 

Jimin lo miró ofendido, viéndole cruzar por la salida del complejo. El omega se apresuró a acercarse a los barandales y sostenerse desde las orillas. 

FREE HUGS || YM || ~MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora