1

25.3K 2.6K 1.3K
                                    

Como saben, Fuego está llegando a su fin y creo que es momento de que vayan conociendo un poco más al alemán y la enfermera. Recuerden que esta historia va en paralelo a la línea de tiempo de Veneno y Fuego.

Por favor, lean la advertencia de contenido, es muy importante. También les pido que tengan paciencia con mi bebé Owen, su corazón está un poquito machacado así que hay que darle tiempo -aunque se mande algunas cagadas.

Les dejo una imagen de Glock para que puedan apreciar dignamente a la gallina punk.

----------------------------------------------------------------------------------

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

----------------------------------------------------------------------------------

Owen

Despertar es algo que conlleva más esfuerzo del que debería. Salir de la cama, ducharme, vestirme y salir de la casa hace que me sienta cansado.

Antes no era así.

Hace mucho tiempo, era un tipo normal, con aspiraciones, deseos y proyectos que hoy están desintegrados y que permanecen encerrados en alguna parte turbulenta de mi mente. La parte que quiero ignorar la mayor parte del tiempo.

Lo único que parece arrojar un poco de cordura a mi vida es una gallina que, irónicamente, lleva el nombre de algo que podría acabarme.

No, no estoy tan loco aún. Quiero decir, si estoy un poco zafado, pero la gallina es real. Incubada en mi casa y todo. Glock fue el proyecto que salvó mi vida y hoy en día es una gallina polaca —las de plumas negras, con aspecto de brujas desquiciadas —que vive conmigo en la granja que compré cuando llegué a este país.

Soy alemán, pero llevo en la ciudad de Valencia más de diez años. Si, hubo un quiebre, una necesidad de huir y terminé aquí... al otro lado del mundo, en una ciudad donde todos parecen conocerse, trabajando como encargado en la seguridad de un club sexual llamado Seks.

Me detengo en mi baño, me lavo el rostro y los dientes, contando los azulejos de la pared donde debería haber un espejo. ¿Es lo normal, no? Un espejo por encima del vanitory para ver tu rostro.

No aquí. No en mi casa. No tengo espejos. Me digo a mí mismo que no los necesito, porque conozco mi cuerpo y los años en el servicio me han dado la habilidad de rasurarme sin tener que ver mi rostro para no degollarme. La otra excusa es más patética, por lo que siempre la descarto.

Observo los tatuajes que van desde las primeras falanges de mis dedos hasta los empeines de mis pies y estiro los brazos tras un día de sueño turbulento. Supongo que tener los horarios cambiados tampoco ayuda.

Uno de mis mejores amigos, Travis, tiene la firme teoría de que soy un amargado. No lo contradigo, pero lo interesante de su creencia es que mi amargura se debe a mi poca exposición al sol, lo que hace que mis niveles de alguna hormona estén bajos. Según él, exponerme al sol debería hacerme bien. Como en todo, le digo que sí. No sé si mi supuesta amargura se deba a eso u otra cosa, pero es más sencillo ir con la corriente.

Morfina | SEKS #6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora