Morfina | SEKS #6

19

Revientan el capitulo de amor o kheeeeeeeeeee

Zaira

Owen: Qué harás mañana?

El mensaje llega el sábado por la noche, cuando ya acomodé mi trasero en el sofá para mirar una película de romance, comiendo pasta directamente de la olla

La previa a mi periodo me está causando dolores de cabeza espantosos y quiero comer chocolates. Tampoco tengo planes de moverme más allá de lo justo y necesario.

Vuelvo a leer el mensaje de Owen, pensando en mi respuesta.

Zaira: Planeo dormir y mirar películas cursis.

Escribe. Deja de escribir. Vuelve a escribir.

Owen: Harán una gala benéfica en el cuartel.

Releo el mensaje con el ceño fruncido.

Zaira: Qué bien...

Owen: Te estoy invitando.

Trago saliva.

Owen: Clavel estará allí y sé que Bruno llevará a tu amiga, así que...

Zaira: Así que...?

Owen: Ven.

Zaira: Señor, si, señor. (Saludo militar)

Me río de mi propio mensaje, pero releo el suyo. ¿Owen me está invitando a un evento?

Owen: Qué estás haciendo ahora?

Le envío una foto donde se ve la pantalla, mis piernas y la cena.

Zaira: Relajándome.

Pienso por algunos segundos si invitarlo. Está lloviendo con fuerza, así que lo dudo. Sé que Seks está cerrado hoy y no tengo que ir a trabajar... y él televisor está cubriendo muy bien la tormenta que amenaza el exterior, aunque soy muy consciente de los truenos.

Owen no me responde nada a la foto que le envié, así que decido no escribir nada más. Sigo mirando la película hasta que llega al punto más importante, que se ve interrumpido por el sonido del timbre.

Frunzo el ceño.

—¿Quién es? —pregunto por el comunicador.

—Tengo una botella de vino —la voz de Owen al otro lado me hace sonreír.

—Parecen palabras mágicas —sonrío—. Ya bajo.

Miro mi atuendo. Las pantuflas con diseño de los Minions y la camiseta que me queda como un vestido no parecen ideales para pasear por mi edificio, pero no quiero perder tiempo.

Subo al ascensor y espero hasta llegar al primer piso. Cuando veo a Owen, me pongo nerviosa. Casi nunca sé si debo besarlo o no y pienso en eso hasta que abro la puerta.

—Lindo atuendo —mira con burla mis pies y arquea una ceja—. ¿Así recibes a todas tus visitas?

—Solo a los que potencialmente puedan quitarme la ropa —respondo con el mismo tono. Camina tras de mí hasta el ascensor y el ambiente cargado pesa sobre nosotros—. No sabía que ibas a venir —lo miro por el espejo.

—Está lloviendo.

Lo miro sin decir nada, esperando a que entre en detalles, pero no lo hace y yo suspiro, tratando de entender porqué esto me genera más calor.

—¿Sabías que Bruno y Alexis están en otra cita?

—Si.

Ladeo la boca.