Zaira
Estoy chillando. Creo que todos en mi edificio se acaban de enterar de mis gritos.
—¡Tendrás una cita!
—Solo será una cena, Zai —la respuesta de mi mejor amiga al otro lado del teléfono me hace sonreír.
—Yo creo que es más que eso —insisto, mientras arrojo mis cosas al bolso. Tengo que visitar a mamá e irme al trabajo—. ¿Qué vas a ponerte? Espero que ropa interior decente.
—Solo comeremos.
Cruzo los dedos, porque ella no puede verme, rezándola a la diosa de las jeringas para que esa ropa interior sea necesaria. Una amiga tiene derecho a soñar.
—Bueno quiero fotos y comentarios sobre la noche.
—Te hablaré cuando llegue —promete.
—Envíame la ubicación —lo digo con tono ameno, intentando que no suene a que voy en contra de su cita, pero es inevitable que pensamientos oscuros crucen por mi mente.
—Lo haré.
La puedo ver en la cocina, mirando fijamente un punto mientras piensa en todo.
—Irá bien, ya verás. Te quiero mucho, mucho y eres muy valiente por hacer esto.
—Zai... —su voz se quiebra.
—Y solo se te permite retroceder para tomar impulso —le cito una frase que mi padre solía decirme de pequeña.
—Bien, adiós. No me hagas llorar.
Me río.
—¿Y Katia? ¿Estará con Mat?
Mi sobrina es pequeña como para quedarse sola y sé perfectamente que Alexis no la llevaría cerca de Bruno a menos de qje fuera algo inevitable.
—Si, se quedará con su padre.
—Qué bien —me dejo caer en el sillón de mi pequeña sala de estar y miro el techo—. Así que...
—¿Y Owen?
Auch.
—¿Qué pasa con él?
—Preguntaste sobre Bruno, así que yo preguntaré sobre él.
—Pues... nada —admito—. Nada de nada. Creo que se ha terminado.
Se ríe.
—¿Qué? No, claro que no. Él está loco por ti.
—Lo dudo —suelto un resoplido—. En realidad creo que me odia.
—No sabes lo que dices —me asegura—. Owen no parece un mal tipo.
Y para que Ale diga eso, Owen realmente tiene que estar por encima de la media aceptable.
—Amiga, comprendo tu interés en mi vida sexual, pero todo está bien —le prometo—, y debo irme, así que, a menos de que vayas a darme detalles de lo que pasará hoy...
Me resopla en la oreja.
—Te llamaré ni bien regrese a casa.
—¿Lo prometes?
—¡Claro que sí!
Cuando mi llamada con Ale se termina, me doy una ducha. Tengo que visitar a mi mamá, abastecer su casa y, luego, irme al trabajo. Sé que tendré que pasar toda la noche despierta y que, probablemente, podría descansar un poco, pero llevo varios días sin visitar a mi madre.
Reviso mi teléfono, esperando un mensaje que nunca llega. Aprieto los labios cuando subo al ascensor y me doy cuenta de la cantidad de tiempo que pierdo al pensar en personas que ya no deberían ocupar mi mente y cierro los ojos hasta que la puerta se abre en el subsuelo.
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Morfina | SEKS #6
ChickLitSERIE SEKS, LIBRO #6 Zaira trabaja en un hospital. Owen en un club fetichista. Sus vidas no deberían cruzarse, pero cuando la enfermera comienza a tomar clases de defensa que Owen imparte, sus destinos se entrelazan y la tensión entre ellos hace im...