Capítulo 18: Salida juvenil

115 15 1
                                    

Natasha Romanov aporreó mi maldita puerta una vez más, pero yo me negaba en rotundo a salir de mi cama

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Natasha Romanov aporreó mi maldita puerta una vez más, pero yo me negaba en rotundo a salir de mi cama. Finalmente, entró sin permiso ni remordimiento y se dirigió a mí. Me miró seriamente, como una madre frustrada.

—Vamos, Harley, tienes que salir de aquí —declaró—. A tu padre ya se le ha pasado. ¡no puedo creer que seas más orgullosa que él!

—Sorpresa —dije sarcásticamente, dando un nuevo sorbo a mi vaso de agua—. Mira, Nat, ya hemos hablado de esto. He hablado contigo, con Wanda, Steve, Dan, mamá... No voy a salir y no voy a completar la maldita lista.

Natasha y yo cruzamos miradas y ella se rindió.

—Bien. Nos vemos, Stark.

Se dio media vuelta y se fue por donde había venido.

Volvía a encontrarme sola en mi cuarto, con Dasher a mi lado mientras miraba elegantes vestidos por Internet. Pensé que por fin podía estar en paz y que podía respirar tranquilamente, pero alguien volvió a llamar a la puerta.

—¡Nat, he dicho que ya he mandado al infierno esa maldita lista de deseos! —chillé.

La puerta se abrió unos centímetros y vi a mi padre.

—¿Puedo pasar, Harley?

—Claro —respondí, cerrando mi portátil y enderezándome—. ¿Ocurre algo?

—Bueno, solo espero que no me grites —intentó bromear, acercándose y sentándose al límite de la cama—. Harley, me asustaste. No quiero creer que vayas a marcharte en unos meses y no hubiera soportado que te hubieras matado. Debo aprender a entender que voy a perderte, pero no quiero hacerlo hasta que sea estrictamente necesario.

Bajé la cabeza avergonzada.

—Harley, eres mi hija y te amo —dijo, intentando sonreír—. Y quiero que te quedes conmigo por el resto de tu vida. Quiero recuperar el tiempo perdido y quiero que seas feliz todo lo posible.

—Te quiero, papá —me lancé a sus brazos—. Ojalá pudiera quedarme contigo para siempre, pero eras tú o yo, y yo te escogí a ti.

Papá me acogió entre sus brazos y besó mi cabeza.

•••

Estaba en el salón viendo la tele junto a mi hermana. Le gustaba la película de La princesa y el sapo. Apenas me acordaba de las películas de mi infancia, pero esa era una de ellas.

—¡Harley! ¡Harley! —Dan bajó corriendo—. Mira esto, amiga.

Me pasó su móvil y me mostró la imagen de una bella y luminosa cabaña silvestre en el claro de un bosque. Se veía espaciosa y rústica.

—Es muy bonita, Dennis.

—Genial. Pues ve haciendo la maleta —ordenó.

El último atardecer || Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora