Capítulo 29: Navidad

81 9 2
                                    

Era esa noche por fin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era esa noche por fin. Era 24 de diciembre y esa noche cenaríamos todos juntos por Nochebuena. La Navidad siempre ha sido mi época favorita y me encanta pasar tiempo con la familia.

Estaba con Morgan en mi habitación. Ya me había duchado y estaba en albornoz peinando a mi hermana. Ella se admiraba en el espejo de mi tocador con coquetería.

—¿Cómo es tu vestido?

—Rojo.

—Es bonito, ¿no?

—Bueno, eso me lo dices tú ahora. Me voy a maquillar, ¿ok?

—Yo voy a por mami.

—Nos vemos.

Morgan salió de mi habitación. Me preparé tranquilamente ya que tenía tiempo de sobra. Me hice la línea de los ojos y me puse la sombra negra y dorada en los ojos. Me pinté los labios de un magenta oscuro y me eché rímel negro como si tuviera toda la línea de maquillaje a mi alrededor.

Abrí el armario y cogí mi vestido. Era largo y pegado en el torso, con una raja en la pierna y una capa de tul brillante que caía desde la espalda al suelo. El vestido solo tenía una manga, larga y pegada, que salía del cuello a modo de cinta. Era de un color magenta un poco más claro que el de mi pintalabios y con tonos dorados dibujados.

Me acerqué al joyero y agarré unos pendientes largos, un collar grueso y unos anillos. Me miré al espejo, parecía una de esas señoras de la mafia. ¡Perfecto!

Los villancicos ya sonaban en el salón. Todos parecían estar abajo. Miré el salón desde las escaleras y sentí un roce en mi cintura.

—Me estás poniendo peor que en Halloween, ¿lo sabes? —susurró Loki en mi oído—. Lo haces a propósito, ¿verdad?

—No, cariño, soy hermosa por naturaleza —susurré.

—Jamás te hubiera imaginado vestida con algo así. Me gusta, ¿por qué no te lo pones todos los días?

—Sigue soñando, Jesucristo.

Se posicionó a mi lado, me ofreció su brazo y bajé a su lado. Nuevamente, para variar, las miradas se posaron en nosotros. Me sentía segura a su lado, así que no me sentí demasiado cohibida.

Papá no tardó en persuadirme para presentarme a sus amigos y colaboradores. La mayoría eran tan estirados como cualquier otro jefe de negocios, y tan despectivos como otros muchos. Me lo pasé mucho mejor cuando Yelena tiró de mí para que hablara con las chicas.

Nat, Yelena, Wanda, Jane y Dennis no dejaban de hablar de mi boda con Loki. Estaban más emocionadas que nosotros mismos. Estaban deseando ir a comprar mi vestido, buscar un local y demás. Y por muy ricos que fuéramos, no quería algo que fuera tan, tan grande.

Por fin pude pasar unos minutos con Loki. Me sacó a bailar tras muchas canciones.

—No sabía que en este mundo existieran unas canciones típicas de la época —dijo—. ¿Un burro que va a Belén? ¿En serio?

El último atardecer || Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora