Capítulo 34: Coldplay

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Cerré la libreta tras haber escrito todo el día que había tenido

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Cerré la libreta tras haber escrito todo el día que había tenido. Miré el reloj digital sobre el escritorio con nerviosismo: 23:58. Respiré profundamente, esperando un pinchazo, un retortijón, náuseas o desangramiento nasal.

—¿Aún estás despierta? —la voz de Loki me llamó la atención.

—Sí —giré para mirarlo—. Lo siento, no quería despertarte.

23:59.

—Anda, ven —me llamó.

Iba a parecer gilipollas si le decía que no porque estaba esperando a medianoche, así que me recosté en mi lado de la cama. Loki pasó el brazo por mi espalda y me pegó a él. Puse mi oído en su pecho, escuchando los latidos de su corazón.

—Tienes las manos heladas —se fijó, y se enderezó de la cama. Puso una mano en mi frente—. Harley, amor, estás ardiendo.

—Yo me siento bien.

—Llamaré a tu padre.

—¡No hace falta hacer un...!

Salió de la habitación.

Suspiré amargamente. Me toqué la frente con mi mano y era cierto: parecía que me hubieran incinerado. Solo en ese momento, la cabeza empezó a darme puntadas. Papá y Loki entraron justo en ese momento.

—Harley, estás ardiendo —corroboró papá, quitando la mano de mi frente. Me puso el termómetro y me obligó a mantenerme quieta hasta que empezó a pitar—. 40°. Esto no está bien.

—Papá, estoy perfectamente. Te lo juro —insistí.

Pero la verdad era que empezaba a notar el sudor en mi frente.

—Acuéstate, voy a por un paño frío —empujó mis hombros y miró a Loki ordenándole que no me quitara los ojos de encima.

—Estoy bien —murmuré.

—No te veo así —contestó con mala cara—. Intenta dormir, cariño. Estoy aquí contigo, no vamos a llevarte a un hospital ni nada, ¿de acuerdo?

Asentí y cerré los ojos.

—¿Qué hora es? —pregunté.

—Las 12 y 5. ¿Por qué?

Te quedan 99 días. Disfrútalos mientras puedas.

—No, por saber —respondí.

•••

Aquella mañana me encontraba mucho mejor. Había estado con fiebre alta y cansancio solo un par de días, pero papá no me dejó salir de la cama hasta la semana siguiente.

Papá ahora me tenía atada de manos y pies. Le daba pánico que saliera de casa, y es no me favorecía en absoluto. Sobre todo porque en unos días podría hacer uso del regalo de Parker: entradas para ver a Coldplay. Me había regalado dos junto con la que él, MJ y Ned irían. Pensaba llevar a Loki, pero él se puso de parte de papá, así que hablé con Dennis y él estaba más que emocionado.

El último atardecer || Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora