Capítulo 15: Delfines y peces de colores

137 14 2
                                    

Hoy es un gran día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy es un gran día. Uno de los 313 que me quedan en esta vida. Ya mismo empiezo a bajar hasta 300, la verdad es que me pone un poco nerviosa. Tenía que relajarme. En cuanto contara una cifra terminada en 9, todo sería paz, armonía y, sobre todo, tiempo.

Estaba en la barandilla del límite del barco cuando Dennis se propuso venir a acosarme.

—¡Harley! —exclamó—. ¿A que no sabes lo que he visto?

—¿El monstruo del lago Ness en vacaciones?

—No, estúpida. ¡Delfines! —me señaló un punto a escasos metros de nosotros—. He leído que los delfines son muy amistosos y juguetones. ¡Vamos a bañarnos con ellos!

—Estás loco.

—¡Oh, vamos! ¿Y si viene uno y me ataca? No te atreverás a dejarme solo, ¿verdad?

—¿No que eran muy amistosos? —le miré con astucia.

—¡Por favor!

—No.

—¡Harley! —se comportó como un niño pequeño. Recobró la compostura—. Bien, bien... Si no te bañas conmigo y con los delfines, le diré a tu padre que duermes con Jesucristo en tu cama.

—¡No te atrevas, maldito! —amenacé.

—Te espero —sonrió como un angelito—. Ponte algo bonito y sexy para que tu Dios te mire en lo justo.

—¡Dennis!

Así fue como me chantajearon y me obligaron a usar un bikini que parecía sacado de un vestuario de bailarinas de pole dance. Me ajustaba la parte de arriba y me marcaba mucho los pechos. Y la parte de abajo era ancha, el tipo que mejor se ajustaba a mí. A los lados se unía con cintas. Tenía una especie de estampado de mármol con tonos violetas, negro y dorado.

Me miré al espejo y lo último que quería era chocarme con Loki. Dan me había hecho dudar hasta de cómo debía peinarme.

Al salir, Thor, Steve y Clint corran por el pasillo hasta pararse en mí.

—¿También te vas a bañar con los delfines? —me preguntó el Cap.

—Ajá —puse una mueca rara.

—Dennis nos lo dijo a todos. No te preocupes por Loki, se está cambiando en nuestro camarote —me avisó Thor.

Sentí que mis mejillas se teñían del rojo más puro y brillante que nunca nadie había visto.

—¿Te sientes bien, Stark? —se preocupó Rogers.

—Me voy a echar protector solar y ahora subo —intenté que mi sonrisa no dijera nada.

—Ok...

Cerré la puerta y me puse de espaldas contra ella. Me dejé caer respirando profundamente.

¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ¿Por qué no puedo morir soltera y libre como un taxi? Tenía yo que enamorarme de ese... ese...

El último atardecer || Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora