Cloe había pasado el resto del día sin lograr concentrarse. Luego de aquel encuentro inesperado, la llegada de la nota terminó de quebrar su actitud de chica fuerte que había superado la situación.
POR FAVOR NECESITO EXPLICARTE TODO
TE ESPERO A LAS 22 EN EL JARDÍN DE LAS ROSAS
F.
La nota era escueta pero directa. ¿Necesitaba explicarle? ¿Qué exactamente? No lograba entender como aún quería darle una oportunidad.
Iba a decirle que era casado, pensó. Seguramente tenía una familia o temía arriesgar su puesto en el castillo. Al fin y al cabo parecía bastante cercano a la familia real, al menos a las pequeñas princesas, que se habían mostrado muy alegres al verlo.
¿Qué debía hacer? Su mente le decía que lo olvidara, que se alejara de él y lo evitara, pero su corazón le reclamaba un nuevo encuentro. Su mirada se cruzaba en sus pensamientos con demasiada frecuencia, ahora que lo había vuelto a ver, no necesitaba apelar a su memoria. Era tan hermoso como su retina se empecinaba en señalarle.
Decidió no contarle nada a sus amigos, si bien odiaba ocultarle cosas, esta debía ser su decisión. Era una mujer mayor independiente, que se valía por sí misma, podía soportar un nuevo encuentro ¿o no?
Estaba segura que Pedro le diría que se calze su antiguo vestido rojo y se aparezca con actitud sensual y que Amaya insistiría en que no valía la pena, que lo mandase a esos lugares extraños a los que los españoles mandan a las personas que no son de su agrado. Pero ella no quería ni una cosa ni la otra.
Si iba a verlo iba a hacerlo tal cual era, sin vestidos sexy, ni tacones. Quería una explicación, la necesitaba.Aunque no estuviera segura de poder soportarla.
Cerca de las 22 horas, Franz caminaba en círculos en la entrada de aquel inmenso jardín de invierno. La temperatura había descendido un poco y por eso llevaba su tapado de paño gris. Necesitaba que aceptara aquella invitación.
El joven Amin le había asegurado que le había entregado la nota. Era un joven discreto que le caía muy bien, siempre atendía las demandas del castillo con una sonrisa e incluso tenía detalles que si bien no solían ser agradecidos, no pasaban desapercibidos para él. Por eso había confiado en él para aquel recado.
Continuaba caminando en círculos y su mente no dejaba de atormentarlo. Si pudiera decirle cuánto lamentaba aquella mañana, si pudiera explicarle porque no pudo regresar cuando descubrió su error, si pudiera confesarle que seguía pensando en ella.
Pero el tiempo pasaba y sus esperanzas se diluían como la nieve con el calor.
Era demasiado tarde, pensó.
Entonces oyó pasos y se puso en estado de alerta. Había desarrollado un arte especial para salir del castillo sin ser visto, pero a veces podía fallar. Se asomó a la oscuridad del camino y creyó ver a alguién.
-¿Cloe? - preguntó en voz baja y la sombra se detuvo.
-Cloe, por favor no te vayas.- volvió a decir acercándose con paso lento.
Cloe estaba de pie en medio de la oscuridad, sólo la luz de la luna iluminaba su perfil. Llevaba un sweater ancho en tonos claros, que le llegaba casi a las rodillas, su pelo atado en un rodete informal y zapatillas bajas de cordones. Franz supo que no se había equivocado, seguía siendo aquella joven de mirada inocente y sueños por cumplir con la que había compartido la charla más real de su vida.
-Esto fue un error… - dijo Cloe sin atreverse a mirarlo.
Entonces Franz aceleró su paso, no quería perderla.
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Una foto real
RomanceCloe es una talentosa y comprometida fotógrafa y sin embargo aún trabaja como mesera en el café de su tía. En la noche de su cumpleaños número 24, motivaba por sus amigas decide olvidar sus rígidas reglas y dejarse llevar por primera vez en su vida...