Ya pasa de las cuatro de la tarde y aún no he terminado nada. Se supone que Rachel traerá a Alan de vuelta a su casa a las ocho, y aunque la puntualidad no es mi fuerte, tengo que estar listo antes. Después de todo, se trata de la fiesta de cumpleaños de mi mejor amigo.
Conduje hasta su casa en compañía de Galleta, quien cada día crecía más y más. Me temo que sea de una raza grande porque eso hará más difícil esconderla de mis padres. Bajé del auto la caja con decoraciones y toqué el timbre, Celia me recibió sonriendo, aunque saludó a Galleta antes que a mí.
—¡Galleta hermosa! Pásale, pásale.
Ella levantó la vista y me miró.
—Tú también puedes pasar, Gally —rió.
Dejé la caja en la mesa del recibidor y seguí a Celia hasta la cocina, ella sabía de mi idea y tenía ya todo listo. Las fresas, harina, huevo, todo. Ella tenía experiencia porque amaba la repostería, pero era la primera vez que yo prepararía un pastel, jamás había hecho uno antes y me preocupaba un poco que no quedara tan bueno, pero quería hacerlo.
Celia me dio un delantal morado para usar, ella no llevaba ninguno. Seguro sería porque ella tiene experiencia en esto y yo soy un novato. Seguí sus instrucciones al pie de la letra, pero incluso después de tres intentos no me quedaba bien la mezcla; definitivamente esto no era lo mío.
—Gally, ¿no quieres probar mejor con el betún? —dijo ella, alejándome un poco de la mesa.
Aunque ella no me lo dijo, ambos sabíamos que si yo hacía el pastel no saldría tan bien, pero ella era demasiado dulce como para decírmelo directamente. Sin duda era una abuelita adorable.
Pasé la mayor parte de la tarde en esa cocina, Celia preparó el pastel y yo lo decoré. No es por presumir, pero me quedó increíble. Puse algunas fresas cortadas en la orilla y en el centro escribí "Feliz cumpleaños, Alan" con chocolate blanco derretido. Lo pusimos en el refrigerador y después fuimos a decorar la sala.
Colocamos algunas serpentinas en las paredes y dejamos un par de globos rodando en el piso; no podía ser demasiado, él prefería las cosas simples. Si fuera mi cumpleaños, rentaría la discoteca más grande de la ciudad y dejaría la entrada libre a todo aquel que quisiera entrar, pero él no.
A Alan jamás le gustaron las cosas tan extravagantes, le sofocaban. Aun así, me tomé la libertad de hacer algo pequeño, algo que no lo agobie pero que tampoco pase desapercibido.
Poco antes de las ocho llegó Cinthia acompañada de otra chica, quien supuse que era Hanna.
—Pasen rápido, no vaya a ser que estén en camino y las vean afuera —dije en cuanto abrí la puerta—. Sólo faltan su madre y su novia.
—Bien, entonces sólo queda esperar —contestó Hanna.
No tuvimos que esperar mucho, apenas comenzábamos a discutir sobre si apagar la luz o no cuando el sondo de las llaves de Alan se escuchó al otro lado de la puerta. Cinthia corrió hasta el apagador, Hanna y yo nos escondimos bajo la mesa y Celia fue a la cocina por el pastel.
ESTÁS LEYENDO
Siempre fuiste tú
RomanceDos enamorados, una búsqueda y un destino que ninguno de los dos supo evitar. "De todas las canciones que podrías tocar, mi melodía favorita siempre fuiste tú" ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Alan es un chico que desde pequeño adoraba la m...