Capítulo 14: ¿A dónde vamos?

11 5 1
                                    

—Por eso iré a comprar algo así mañana, ¿vienes conmigo?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Por eso iré a comprar algo así mañana, ¿vienes conmigo?

Jamás había ido con Gally a comprar ropa. Su familia usualmente compra en lugares en los que los simples mortales como yo no podemos entrar, esto era algo nuevo.

—¿Pero tus padres no se molestarán si voy? —pregunté con Galleta sobre mis rodillas.

—Ellos no irán, seremos sólo nosotros, algo así como una cita —dijo con un guiño—. Eso no le molesta a Rachel, ¿cierto?

—No lo creo, ella sabe que tú y yo somos amigos.

Esas palabras supieron extrañas en mi boca, hasta hoy jamás me había sentido extraño por llamarlo mi amigo. Algo estaba mal y no sabía exactamente lo que era, ¿por qué estaba dudando de algo tan tonto?

Llegamos a mi casa y bajé del auto, él quedó de enviarme mensaje mañana y nos despedimos con un simple movimiento de manos. Al entrar a mi casa un delicioso olor a hotcakes recién hechos invadió mi nariz, fui directo a la cocina y encontré a Celia preparándolos.

—¿Cómo te fue, cielo? —preguntó al verme— Mira, estoy haciendo hotcakes como los que te gustaban cuando eras más pequeño.

—¿Para cenar?

—Los hotcakes son deliciosos a cualquier hora.

Me serví un vaso de leche y senté junto a la barra, Celia me miró y volvió a preguntarme cómo me había ido, pero al parecer mi respuesta no fue convincente.

—Debe haber pasado algo importante, te noto un poco desorientado —dijo ella.

—No pasa nada, sólo necesito... pensar las cosas un poco.

¿Qué necesitaba pensar? Todo tendría que estar claro, pero nada se sentía así.

La pregunta de Rachel y la invitación de Gally giraban en mi mente como los dos lados de una misma moneda, estaba intranquilo y sentía que debía sacarlo. No estaba seguro de mí mismo en estos momentos, pero sabía que Celia siempre me escucharía.

—¿Qué pasa si siento cosas que no debería sentir? —pregunté.

—¿A qué te refieres?

Celia me miraba atentamente y escuchaba sin decir nada, sólo asentía a lo que yo le contaba.

—Estoy confundido, hasta hace poco estaba seguro de lo que quería, pero ya no lo estoy, ¿qué debo hacer, nana?

—Escucha a tu corazón —respondió ella—. Busca las respuestas en ti, conócete primero para que puedas estar tranquilo.

Conocerme... Yo me conozco, tengo fijas mis metas aunque el camino esté borroso. Pero esto no es tan sencillo, mis sentimientos por Rachel no son algo que pueda decidir querer o no, no quiero arruinar nada con ella por cobarde y tampoco quería fingir.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora