."No hay manera en que pueda mirar el cielo si no es con aquella cristalina lluvia de los ojos azules que tiene el ángel siniestro"
Sentí como sus manos limpiaban cada lagrima, mientras yo levantaba las mías y hacia lo mismo con él, ambos tomándonos el rostro en aquel día soleado, cuando el cielo estaba del mismo color que los ojos de Johan, me tranquilice un poco, sabía que debía seguir adelante y limpie toda evidencia de tristeza que había en mis ojos, todo aquello que me era posible humanamente.
- Desearía saberlo de sus labios - dije en un aliento intentando no caer en el llanto.
- Prometo llevarte con ella si así lo deseas Berit, pero debes prepararte para lo que viene - su voz era dulce, sus brazos rodearon mi cabeza, su pecho era el lugar más acogedor en este momento.
- Lo haré - me separe de él puesto debía valerme por mi misma, debía seguir adelante.
Después de aquello no volví a tocar el tema, sabía bien que aquellas palabras que eran una promesa, cuando fuera el momento el simplemente con un gesto me diría que nos fuéramos y tras ello nos iríamos dejando todo atrás, quizás estaba mal pero quería saber mi pasado para no hundirme en la incertidumbre de la mentira impuesta por mi padre.
Sabía que el guardaba el secreto puesto Lotte al saberlo me cuestionaría ante ello como lo hizo con Karls al saber que era hijo de Hans Georg Schuwald. Siendo que gracias a Johan este dio el primer paso para decirle que él era el hijo ilegitimo que tanto buscaba.
Todo había pasado tan rápido, desde que Karls se había hecho hijo de Schuwald y Johan había pasado en ser un consejero económico para el aclamado vampiro de Baviera.
Era muy difícil realmente vernos debido a que siempre debían de estar al lado del señor Schuwald. De ante mano ya sabía la historia de lo ocurrido, puesto Lotte se había encargado de contármelo con lujo de detalle al saberlos.
A lo que me había contado que Karls era hijo de una prostituta llamada Margot Langer y esta había tenido una aventura con Schuwald naciendo Karls ante ello, él se encargaba de leer los martes y Johan los viernes, así fue como ellos se conocieron, gracias a Lotte que trabajaba en la casa y buscaba la forma de unir al padre e hijo.
Anteriormente había un chico que se hacía pasar por el hijo de Schuwald, pero este se suicidó debido a la culpa que le cargaba, no recordaba el nombre pero fue una gran revolución ante ello, debido a que en ese entonces Schuwald había dado por muerto a su hijo que le leía los jueves, cuando era Karls el verdadero hijo sin querer dar paso a decirlo.
Fue Johan que dio pauta a la decisión de Karls, siendo un buen amigo y confidente como yo ya le conocía con anterioridad, dio pauta a que Karls tomara esa decisión de decirlo todo. Por supuesto no todos quedaban conformes y el detective que había contratado Schuwald era uno de ellos, se le conocía por haber sido un oficial que perdió todo por culpa del alcohol disparando a un sujeto menor de edad sospechoso de ser un asesino.
Había pasado el tiempo un tiempo prudente pero rápido para ser más fuerte tras saber lo que podía ser mi pasado, no comprendía porque Johan se había tomado tantas molestias conmigo y poco importaba realmente, solo quería saber la verdad tras mi existencia, ante la paradoja de ella misma.
Me había enterado de que Johan había tenido un ataque de nervios en la biblioteca tras leer un libro que se llamaba " monstruo sin nombre" o algo así me había dicho Lotte, al saber que él estaba en el hospital decidí visitarle, era lo justo por un buen amigo.
- ¿Se encuentra Johan Liebheart? - hable con la enfermera.
- Pase, ya está estable - sonrió indicándome el lugar.
Entre en la habitación pequeña pero acogedora, de paredes blancas y olor a medicamento propio de un hospital, lleno de tranquilidad pero a la vez de poca vitalidad.
- No pensé que viniera Berit - me miro sorprendido.
- Es lo menos que se puede hacer por un amigo - sonreí ante ello.
- No creas - su vista era hacia la ventana - que he olvidado la promesa - sus ojos parecían perderse sobre el sendero de la vida - ya vera que pronto iremos a buscar a su madre - su mirada había cambiado a ser una más sombría que de costumbre.
- Lo entiendo - me acerque a tomar su mano - recuerda que puedas confiar en mi - volteo completamente extrañado ante mi acción y aquellos ojos que parecían absortos a la realidad indagando algo fuera de mi comprendimiento.
- Espero - no pudo articular alguna palabra, aquellos ojos azules se entrecerraron y se volvió a acostar un rato.
Se escuchaban unos pasos apresurados en el silencioso hospital, se abrió la puerta y un señor de mediana edad con lentes, de estatura promedio, rubio con una bata abrió la puerta rápidamente.
- Johan Liebheart - menciono con seriedad al ver en la habitación el número, el mencionado atino a levantarse - está dado de alta - se retiró rápidamente.
Tras ello salí de la habitación para que él se cambiara, después de unos minutos salió con la ropa de ayer, sin mirarme decidió caminar y salir del hospital, sin decir palabra alguna yo me mantenía a su lado caminando, mirando aquel cielo despejado del color de los ojos de Johan que ahora parecían cristalinos al igual que los míos entendiendo que aunque no pasábamos por lo mismo había una historia que llenaba de dolor nuestras almas.
*****************************************************************************
ESTÁS LEYENDO
El amor de un monstruo
FanfictionHabía conocido a un ángel siniestro e imponente, pero con el paso del tiempo me di cuenta de algo, que el pasado siempre regresa y aquello es lo que nos forma día a día, conociendo a un ser tan inmaculado como siniestro, me había enamorado de...