Intentando mantener contacto

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"Creí que al  ver el monstruo  estaría más cerca de él, pero  cada vez, se aleja más y más""

Después de ello entramos, habían unas escaleras y con  ello nos llevaba a una pequeña habitación,  había una mesa con  dos sillas    en  el  fondo había un colchón, aquel lugar estaba desolado, sonreí ante el lugar vacío,  sentía una libertad ante ello.

-          Aún  está a  tiempo  de retirarse – dio una pequeña sonrisa de medio lado  dejando salir aquella voz dulce y masculina.

-          Está bien así -  le sonreí.

Ambos salimos para la despensa de aquel nuevo hogar, por alguna razón me sentía cada vez más cercana a él, aunque  realmente  él  era inalcanzable,  y aun así  sentía aquellos  sentimientos por él, aquellos sentimientos que solo quedaban callar.

Al regresar  al lugar había una señora barriendo, vio  a Johan  vestido  de mujer,  no  se percató  de que era un hombre,  nos miró  a ambos de pies a cabeza y con una sonrisa decidió hablar.

-          ¿Ustedes viven juntas?- seguía en su labor.

-          Si – dijo Johan con  aquella  manera tan igual  a su hermana cuando la encontré hace tiempo  atrás.

-          Qué raro, dos mujeres viviendo juntas -  la señora hizo una cara de desaprobación.

-          Somos hermanas- reitere ante ello.

-          ¿Enserio? – nos miró sorprendía -  no  se parecen en nada-  rio ante ello.

-          Somos  de madre diferentes pero del mismo padre que nos crio – no  es así  Anna- fue  aquel nombre por el cual  Johan llamaba a su  hermana.

-          Así  es -  dio una sonrisa amable.

Después de ello entramos  a nuestro nuevo hogar, entre una risa llena de ironía  por parte de aquellas palabras,  se  limpió el labial  y comenzó a comer junto conmigo.

Al entrar a aquel lugar pensaba en  dormir en el suelo, no me importaba hacerlo, pero debido  a la insistencia de Johan,  dormíamos en  aquel  colchón  grande ambos,  y a decisión mía dividido por una cobija doblada marcando toda la división.

Temía que el  dormir con  él y se acercara a mí  me ganaran los nervios  y entre susurros le dijera  mis sentimientos,  el simple hecho  de dormir en la misma cama, hacía que mi corazón latiera fuertemente.

Los días pasaban,  debes en cuando el  salía solo  de compras dejándome una nota que decía "por favor no  salgas de casa"   en las noticias se decía que un señor mayor había sido  asesinado, se decía que  un sujeto rubio,  alto  y delgado  era el causante de dicho  asesinato, pensaba que era Johan, pero al  decir que el implicado culpable era un  sujeto alemán  que se llamaba Grimmer.

Johan por su parte siempre salía por las noches y de esa manera había comenzado nuestras vidas,   mientras le miraba llegar cansado  directo al  baño,   quitarse todo  aquello  y quedarse un  rato  en el  agua helada de la madrugada,  salir del lugar y acostarse a dormir,  desayunábamos juntos pero ante ello  aunque nos viéramos cierto tiempo,  sentía que cada vez nos  alejábamos más del uno  al otro.  

El amor de un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora