Vuelve

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"Vuelve el recuerdo del ayer, las memorias no son borradas pero su presencia me recuerda tanto a él"

Comencé a poner las cosas en orden, no deseaba tener aquellas dos casa y mejor las puse en venta, puesto quizás la de Múnich era para vivir con mi madre y la de Berlín no había ningún recuerdo grato de mi niñez.

Deseaba deshacerme del pasado y no vivir atada en ello, seguía con mis estudios y el trabajo de medio tiempo que la señora Ava me dio a pesar de haberme ido sin avisar, aunque todo había sido gracias a Lotte tras explicar lo de mi padre. Todo iba bien, prefería mantenerme ocupada que pensar en lo vivido, en el pasado junto a mi padre, lo que había descubierto y la despedida definitiva.

Llegue a mi departamento a descansar, últimamente tenía mucho sueño y un hambre mayoritario diferente a mi vida anterior, aquello me estaba asustando un poco puesto no era normal y estaba desidiosa de saber si ir al médico o no. Mientras pensaba en ello el teléfono sonó.

- ¿Berit? - aquella voz me alegro un momento.

- ¿Qué sucede Lotte? - me relaje un poco.

- ¿crees poder salir en estos momentos? - su voz sonaba seria ante la situación.

- Claro ¿Dónde nos vemos? - aquello me estaba asustando.

- Estoy fuera del edificio, nos vemos en la entrada – el teléfono fue colgado.

Me puse un suéter, me dispuse a salir, aquella voz me era preocupante, habían pasado días después de todo lo que había pasado solo quedaba el vacío y la soledad, pero para ello tenía amigos para sobrellevar las cosas.

Como había dicho ella estaba afuera en la banqueta al verme bajar se alegró un poco moviendo sus manos, me acerque lo más rápido posible ante ello, para sentir mi estómago al revuelto después de tanto ajetreo.

- Hola Lotte - mencione tapándome la boca, el asco no se quitaba.

- ¿te encuentras bien? – me miro extrañada.

- Puedes esperar un poco, tengo algo que hacer – le dije intranquila pues mi estómago no estaba nada bien.

Corrí a mi habitación lo más rápido posible, entre al baño con aquel malestar en el estómago y ante el asco que sentía, vomite en el baño, sabía que no era bueno comer de más y que por ello era aquel malestar llegando a ese extremo, me cepille los dientes, abrí mi puerta para ver a Lotte frente a ella.

- ¿te encuentras bien? - me miro preocupada.

- Solo fue indigestión, eso me pasa por comer de más – reí ante ello.

- Pues sí que se nota, parece que subiste un poco de peso – rio ante ello.

- Pues vera Lotte – le mire algo enojada – últimamente me había dado mucha hambre y sueño, así que debe tener razón - reí ante ello – por cierto – le mire atenta - ¿Qué es tan urgente para que me quieras mirar a estas horas? – ladee mi cabeza.

- Quiero que conozcas a alguien – me tomo de la mano- debe decirte algo muy importante - sus ojos se ensombrecieron un poco.

Caminamos hasta la casa de Karls, no comprendía nada ni lo que llegaba a esto, seguí caminando hacia aquella casa que nos permitieron pasar, paso a paso nos acercábamos al destino, dentro de una sala con buena decoración propio de un rico con buen gusto, llegamos al lugar para encontrarnos a una joven de cabello largo y rubio, con aquellos ojos del mismo color que el cielo y rasgos angelicales estaba sentada, se paró al verme.

Mi mente comenzó a nublarse, abrí mis ojos en par en par a punto de llorar, comencé a sentir como la respiración se me iba y el corazón se aceleraba como mi vista se nublaba al ver aquella imagen femenina la otra mitad de Johan recordando lo vivido con él.

El amor de un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora