Un sueño en la soledad

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"Y siempre estás aquí a mi lado, pero solo es mi fantasía más triste, puesto aunque todo se parece al sueño que me contaste, solo faltas tú a mi lado"

Me era triste la manera de la que hablaban de Johan, algunos creían que era simple ficción, puesto quien le había disparado, dijo "Vi a la bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas, estaba apuntando a mi hijo y no hice más que dispararle, él era el demonio, él era un monstruo" al escuchar aquello me daba tristeza pues todos éramos seres humanos y era triste pensar que una persona que había sufrido tanto lo vieran de esa manera.

Se sabía que el sujeto estaba alcoholizado y era un simple borracho que explotaba a su hijo, fue liberado de su cargo al deducir que tenía demencia parcial y había disparado por protección. El si podía ser juzgado como un ser humano a pesar de haber disparado y matado, pero Johan se le había quitado ese derecho tras su sufrimiento, el mato su pasado y con ella habían personas inocentes.

Abrí aquella carta que Lotte me había entregado, aquella carta que venía de la Hermana de Johan , mis manos temblaban, pero quería saber más de aquella persona que permanecía en mi corazón y ahora no sabía si realmente existía ya en este mundo o seguía durmiendo en aquel hospital internado.

"Hola Berit por medio de esta carta quiero contarte la historia de mi hermano, sé que le apreciabas y por ello decidí escribirte esto solo a ti.

Mi hermano y yo nacimos de una mujer mitad Checa, mitad Alemana, estudiaba ingeniería en genética y se enamoró de mi padre que era un militar de origen alemán nacido en la república de Checoslovaquia.

Ellos se enamoraron y con ello fuimos concebidos, todo había sido un plan de Klaus Poppe, y aquella pareja se había confesado todo, mis padres intentaron huir, pero ante ello mi padre murió y mi madre fue encerrada.

Nosotros nacimos bajo ese experimento, mi madre logro escapar y para poder escondernos ella decidió vestir de niña a Johan para decir que solo tenía una hija, pero Klaus Poppe o mejor conocido como Frantz Bonaparta no tardo en encontrarnos, mi madre rogó porque nos dejaras y al final accedió diciendo que se llevaran a uno.

Mis recuerdos suelen ser borrosos, pero estaba sosteniendo la mano de mi madre asustada, no sé si nos había confundido o simplemente vio aquella fuerza en mi hermano para vengarse de su amante.

Yo la pase muy mal y al escapar le conté todo a mi hermano, el siempre intento protegerme y no dudes que el hizo lo mismo contigo al dejarte sola, el sabia como iba a terminar esto tarde o temprano, a veces el pasado nos retiene y él debía morir junto con ese monstruo, es lo que el habia entendió, quizás hay otros caminos y era el que le ofrecías, pero es imposible para alguien que el pasado le ha dado mucho, quizás si volviera a nacer, si despertara todo cambie, porque seguro esa razón serias tú.

Al intentar ir a Alemania, nos encontraron, fuimos separados y supe que él estuvo en el Kinderheim 511, donde se hizo una zona de concentración donde habían experimentado con los niños para crear perfectos asesinos, perfectos militares o el nuevo Hittler que era lo que pretendían.

La vida fue injusta para mi hermano, lo sé, después de lo que pasamos, él tenía que caer en ese nuevo infierno, mientras habíamos escapado de otro, mi hermano buscaba desaparecer, el me pidió jalar el gatillo y en lugar de perdonarle como su hermana, le termine traicionando, la única persona que él tenía en ese momento.

El buscaba desparecer, por ello mato a esas familias, para que nadie le recordara, mato a toda aquella gente corrupta con la que se relacionó para acabar con la maldad en este mundo y con ella el recuerdo de mí, entendía porque no me mataba a mí, el me lo habia dicho él y yo somos unos mismo y creía que a través de mi viviría.

Pero estaba equivocado, él y yo no somos más que desconocidos ante las circunstancias, pues simplemente somos hermanos y ante todo me puse a reflexionar porque dejo escapar a un recuerdo y solo llego a la conclusión que él te amo, te amo tanto que no pudo con el sentimiento, no quería verte sufrir por su perdida y aunque quisiera vivir contigo, sabía que el pasado le atormentaría.

Quizás tenia fe en Tenma en que le sanara la herida en la cabeza, ya lo había hecho una vez y así volvía a nacer, pero ahora aquella fe se desvaneció pues está en aquel estado donde duerme, duerme soñando algo que jamás sabremos"

Ahora entendía todo, ahora sabia porque deseaba su muerte, era tanto la carga emocional que no podía con ella, al culpa de borrar su pasado y todo lo que le hacía daño llevándose vida inocentes, mis lágrimas salieron, pero las limpie rápidamente, di una sonrisa y voltee hacia mis hijos.

Aquel preciado obsequio que Johan me había dejado, quizá para no sentirme tan sola o el simple capricho de decirme día a día que el existió y ahora nacieron, nacieron de nuestro amor, quizás solo deseaba vivir a través de ellos.

Ya llevaban 5 meses de nacidos y aquellos ojos azules me veían como si entendieran las cosas, estirando ambos sus manitas, para escuchar una dulce voz a punto de hablar.

- Mamá - dijo Adalia agarrando mi dedo pulgar

- Agua – menciono Ancel al tocar mi mejilla mientras me seguían saliendo lágrimas sin poder parar.

Ellos comprendían mi dolor y ellos sabían que eran amados, tan amados por mí que no dejaría que nada malo les pasara, me alegre al escuchar sus primeras palabras, aquellos bebes habían salido igual a su padre y aquellos ojos eran clara evidencia de ello.

Pero a diferencia de su padre, ellos recibirían todo el amor y cariño por parte de su madre, yo me quedaría a cuidarlo todo el tiempo, mientras trabajaba para darles buena educación mediante el ejemplo, e iba rápido por ellos para leerles cuentos.

Decidí escribir una carta más a aquella persona a la que nunca llegaría, ante aquellos ojos que nunca lo leerían, sintiéndome conectada como si platicara realmente con él aunque no estuviera a mi lado.

"Querido Johan

Ellos, ellos han dicho su primera palabras, y es triste que no estés aquí para escucharlos, para sentirlos y amarlos como yo lo hago, para sonreír a su lado, para verlos crecer fuera de mi cada vez más, descubriendo que la vida es grande, tan grande que materializo el amor.

Ahora Adalia y Ancel son humanos, humanos de corazón con sentimientos puros y llenos de amor, quisiera que por lo menos sintieras su pequeñas manos cuando te abrazas y sus labios en la mejilla cuando te saludan o despiden, porque ellos, ellos solo saben profesar el amor, ellos no conocen el horror del ser humano que hace ante su egoísmo.

Ellos aman, aman tan fuertemente que se siente en sus profundos ojos azules al mirar y aquellos labios que se curvan al sonreír, en cada abrazo, en cada gesto, ellos aman."

Guarde aquella carta junto con las demás en la libreta, era momento de sonreír y contarle cuentos a mis hijos donde los sueños y anhelos pueden ser alcanzados por perseverancia, donde al final el bien siempre triunfaría y la felicidad siempre llegaría.

El amor de un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora