"Buscaba un lugar en donde olvidar, olvidar la melancolía y volver a empezar, donde no fuera juzgada, lejos de este lugar"
Tras entregar mi tesis, fue bien recibida a pesar de las circunstancias, había tenido excelentes calificaciones y termine mi carrera de filosofía y letras, ahora solo quedaba irme de este lugar, sin saber realmente a donde dirigirme, fui a comprar algunos boletos, sin saber cómo decidirme, agarre en el mapa de Alemania y apunte a un solo lugar al azar, cayendo mi dedo en Núremberg , siendo frontera con Checoslovaquia.
De alguna manera me parecía un lugar perfecto para comenzar mi nueva vida, tenía el dinero suficiente, si no es que más que me había dejado mi padre guardado en el banco, decidí emprender el viaje junto con mis hijos tras recibir mi título y de esa manera olvidarme del pasado, aunque simplemente deseaba recordar aquellos ojos azules.
Lotte llego al departamento mientras hacia las maletas, tocando la puerta, mientras la dejaba entrar a mi casa, esa sería la última vez que nos íbamos a ver.
- ¿Qué sucede aquí? - menciono Lotte sorprendida.
- Iré de vacaciones - mentí ante ello.
- ¿A dónde? - pregunto curiosa.
- Aun no se - reí ante ello nerviosa.
Me miro incriminatoriamente, luego vio hacia la mesa, donde tenía los boletos, hizo una mueca llena de disgusto ante ello, me miro atentamente.
- Solo espero no te olvides de nosotros - menciono un poco más calmada.
- Por cierto - cambie de tema - ¿no ha despertado? - mi corazón sentía palpitaciones tan fuertes que posible y se iba a salir.
- Aun no, quizás lo desconecten - menciono algo triste ante mi comportamiento - toma - me dio un sobre - esta carta fue escrita por Anna, no la he abierto, pero me imagino que vienen cosas sobre Johan - me puso aquel sobre en la mesa.
- Gracias - mis lágrimas parecían querer salir ante el arder de mis ojos, no sabía si abrirla.
Después de ello ella se fue al escuchar el llanto de mis dos angelitos, les di de comer y comencé a contar alguno que otro cuento.
Prepare el viaje, esperaba que nadie me buscara, ya se había vendido las cosas de mis padres a muy buen precio, a pesar de todo era un coleccionista entre otras cosas, su coche y los cuadros habían sido vendidos, así como cualquier decoración de la casa, los muebles se habían quedado, pagaba a una señora para que limpiase la casa por medio de un cheque que llegaba a su casa.
Las cosas que tenía mi padre era de muy buena mano y por ello la gente había dado tanto dinero por ellas, parecía que mi vida estaba arreglada, pero realmente no era así, puesto siempre faltaba algo que me hacía sentir triste y era la presencia del padre de mis hijos.
Me subí al tren con mis hijos, y me dispuse a mi camino, llegue al hotel y comencé a la búsqueda de una casa. Encontrando una pequeña casa de en sueño, aquellas casa de madera a las afuera del pueblo, con dos habitaciones, la sala y cocina aun precio sumamente económico debido a su ubicación, no estaba lejos de la ciudad, pero tampoco tenía el aire de estar dentro de ella.
Cerca había una escuela y entre como maestra, tenían un sistema de cuidado para niños y yo solo daba 4 horas de clases, pues trabajaba en una primaria y a lado había una guardería donde cada receso iba a ver a mis hijos.
Nadie me conocía o sabia mi pesado, no sabían quién era el padre de mis hijos y no tenían idea de que hablar ante ello, la gente mayor podía mirarme con mala cara al ser madre soltera, otros pocos les importaba.
Aunque el caso de Johan había conmocionado a media Alemania, nadie sabía quién era realmente aquel chico, el nombre era lo de menos pues decían que era un seudónimo y aquel sujeto lo daban por muerto, algo que me entristecía puesto yo seguía ferviente a que él podía regresar.
Se había vendido ambas casa y por ende tenia bastante dinero en el banco, a pesar de ello trabajaba para el cuidado de mis hijos y vieran que no todo se solucionaba con un padre adinerado.
La vida me era complaciente, volteando al cielo sin saber lo que habría pasado con Johan, lo último que me había dicho Lotte me había puesto triste pero quizás tenía la esperanza de que el siguiera con vida aunque fuera en contra de su voluntad, puesto a pesar de todo era egoísta.
así éramos los seres humanos, egoístas deseando retener a alguien con vida aunque esa persona sufra por ello o simplemente es momento de partir. Ante ello sin perder esperanza escribí otra carta.
"Querido Johan
Lo recuerdas, lo recuerdas, aquel cuento en que se buscaba una ciudad pacifica, yo al parecer he encontrado una, donde nadie me conoce, donde nadie parece conocerte, donde poder comenzar sola, donde poder comenzar con nuestros hijos, darle todo lo que no recibimos, sin importar nada, educarlos como Dios manda, teniendo en cuenta lo que ellos quieren, llevarlos por el buen camino para que no caigan en el infierno en que llegamos a vivir nosotros dos. "
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El amor de un monstruo
FanfictionHabía conocido a un ángel siniestro e imponente, pero con el paso del tiempo me di cuenta de algo, que el pasado siempre regresa y aquello es lo que nos forma día a día, conociendo a un ser tan inmaculado como siniestro, me había enamorado de...