¿Qué debería hacer?

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"regresando al hogar, sin anhelos, puesto a pesar de todo, me había enamorado, enamorado de aquel monstruo"

Lo tenía claro y esto no iba a durar para siempre, el final era inevitable, porque aunque estos sentimientos eran fuertes, jamás iba a poder alcanzarlos, aunque deseaba fervientemente alcanzarle era imposible, nuestros caminos se habían cruzado y no por ello debía haber un para siempre y retomarlo.

Lo sabía muy bien, el final iba a ser doloroso y aunque no hubiera vuelta atrás, aunque ya no viera sus ojos penetrar mi alma, siempre tendría esas sensaciones dentro de mi corazón, mi primer amor, siendo que comenzó de manera extraña y retorcida, pero al fin y al cabo yo le amaba.

Pero aun así la verdad me dolía, me dolía saber que él jamás me había amado, que simplemente había sido un experimento o quizás aquellas palabras eran una mentira, quería creer eso, pero la realidad era dura y la mentira era lo que habíamos vivido juntos.

El me lo había advertido muchas veces, todo lo que se había vivido era un sueño en el que por mi parte confundía con la realidad y los sentimientos eran latente en mi interior, ya no había marcha atrás, no podía voltear y decir "ojala no lo hubiera conocido" puesto el ver aquel cielo azul me recordaba a sus ojos, y realmente no sentía que aquel encuentro había sido perjudicial para mi vida.

Aprendí muchas cosas, quizás eso era una satisfacción, aprendí que toda persona tiene un pasado que siempre te atormenta, que todos llevamos dentro algo siniestro y dependiendo de las circunstancias es como se llegaba a lidiar con él, porque todos teníamos ese monstruo en nuestro interior.

El tren iba como de costumbre y la soledad en las cabinas era nefasto, recordaba como él se sentaba frente a mí y hacia lo que yo en estos momento, visualizar el paisaje analizarlo con lujo de detalle, ya no estaba aquella persona que me dejaba absorta a lo demás mientras me absorbía, él ya me había abandonado y yo sabía que tarde o temprano lo iba a hacer.

Pero ante todo Johan había cumplido un objetivo quizás sin haberlo propuesto, no sabía realmente mucho de él, o simplemente no lo quería mostrar, pero tanto fue caer en el abismo de sus ojos que me había enamorado, entregando mi corazón a pesar de ser rechazado, dándoselo sin reprimenda alguna.

Había mucho que pensar, las cosas habían sucedido tan rápido, recordando sus palabras, era cierto antes tenía un cierto temor a su persona, pero la convivencia y aquello que para él había sido un experimento poco a poco hizo que creyera y deseara salvarlo, sacarlo del abismo.

Pero mi osadía me había costado muy caro, el haberme enamorado y entregado mi corazón pensando en que podía ser un ángel que pudiera salvar aquella alma de las garras del destino que como bien había dicho estaba pre-escrito.

El señor pidió mis papeles y como tal se los di, mientras mis ojos denotaban cansancio, realmente necesitaba dormir. Las pesadillas ya no eran sobre mi madre, si no aquella despedida, que más que una pesadilla era un recuerdo doloroso y por ende mis ganas de dormir se iban poco a poco regresando el insomnio.

El tren dio su travesía, viendo aquel mismo paisaje que vio Johan tras ir conmigo a Checoslovaquia, viendo las estrellas y aquella luna, viendo el cielo soleado recordándome aquel azul a los ojos que me habían absorbido por completo.

Llegue a Múnich sin avisar a nadie, pedí un nuevo cuarto en aquel lugar y regrese a la escuela preparando mis tramites como tal, para encontrarme a Lotte, su mirada denotaba compasión y empatía, pensé que quizás sabía lo que había vivido pero me era imposible saber cómo se había enterado ella ante las circunstancias, se acercó a mí y con ello puso una mano en mi hombro.

El amor de un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora