Mi Segunda Cita ❝ [ Namjin ] ❞

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❝ Capítulo 20: Una pijamada ❞

Namjoon está viendo las fotos que tomó hoy de la playa, en muchas sale Seokjin haciendo muecas y molestando, incluso en esas las fotos son bonitas.

Pero siente un peso en su hombro, es la cabeza de Seokjin. Están viajando de vuelta a Seúl, y entendería que se esté durmiendo pues ha sido todo algo cansado, pero por el reflejo opaco de su teléfono puede ver la sonrisa juguetona de un no dormido Seokjin.

—No estás dormido.

Pero Seokjin finge un ronquido no muy creíble al que Namjoon ríe.
Decide empezar a hacerle cosquillas en su estómago a lo que Seokjin reacciona riendo y tratando de detener a Namjoon.

—Está bien, está bien —Namjoon se detiene —. Quise aprovecharme para dormir en tu hombro porque realmente estoy cansado.

Namjoon suspira. Toma su mochila y la pone sobre sus pies para liberar el espacio de sus piernas.

—Usa mis piernas y no mi hombro que es más incómodo.

—¿Qué?

—Sí, lo que te digo.

—Pero... ¿Realmente puedo hacerlo?

—Solo por hoy, ¿Entendido? Y no quiero trampas, solo te prestaré mis piernas para que duermas.

Seokjin sonríe, asiente con su cabeza. Rápidamente se acomoda de tal manera que no vaya a dolerle mucho el cuerpo cuando lleguen a Seúl, posiciona su cabeza en los muslos de Namjoon, no pensó que fueran tan... Que tuvieran tanto musculo, terminan siendo más cómodos de lo que esperaba.

—¿Estás cómodo?

—Sí, gracias, Namjoonie, eres muy bueno y estoy feliz de tenerte. Te quiero.

Namjoon prefiere hacer silencio, de nuevo dejaría que sus pensamientos intrusivos tomen liderazgo acariciando el cabello de Seokjin pero esta vez si se limitirá. Mira hacia la ventana, están dejando de ver el mar pero Namjoon se siente acelerado por alguna razón que está descansando en sus piernas.

Fue un gran fin de semana, un buen domingo, y un lunes debían volver a su rutina diaria, a su vida ordinaria.

—Wow, entonces fue un éxito ese viaje para la librería —Yoongi ha estado escuchando todo lo que Seokjin le ha contado sobre el viaje.

—Sí, creo que Minho, mi jefe, está verdaderamente feliz con el progreso, espero seguir viendo que la librería crezca —asiente con su cabeza. Gira hacia atrás, a un Namjoon poniendo orden en su escritorio —. ¿Tú le dijiste a Namjoon la dirección de mi casa?

—¿La dirección? Sí, lo hice, pero él me escribió primero y me preguntó —se encoge de hombros —. Me pareció curioso que me preguntara.

—Es que él me dijo que le habías dicho, como si él no te hubiese preguntado nada.

Yoongi niega con su cabeza y sonríe —Para nada. ¿Pasó algo relevante en ese viaje con respecto a ustedes dos?

—Me caí sobre sus piernas.

—¿Cómo para darte algunos golpes en tu trasero?

—¡Yoongi!

Yoongi ríe de Seokjin y como se ha puesto rojo inmediatamente luego de quien sabe que cosas imaginó.

—Está bien, cuenta, dejaré de hablar ahora.

—También lloré frente a él porque papá y mamá me llamaron y siempre que me llaman quiero llorar. Dijeron que me amaban y le pidieron a Namjoon cuidarme. Namjoon luego me abrazó.