DEVUELVEME LAS ALAS VEGASPETE BIBLEBUILD MPREG KINNPORSCHE

Capítulo 25: Declaraciones

ESTE CAPITULO LO DESPEGUE DE LOS DEMAS PORQUE CREO QUE MERECE DISFRUTARSE SOLO SIN INTERRUPCIONES JAJA LEANLO CON ATENCION ES 100% VEGASPETE Y COMENTENLE BONITO, LAS AMO!!

El tiempo había pasado tan rápido que en dos días el matrimonio de Vegas y Pete estaba por hacerse, tanto Khun como YooJin estaban trabajando juntos en pequeños detalles que faltaban para ese día. Por su parte, Pete estaba ahogado en los nervios, a punto de cumplir la mitad del contrato por lo que solo debía dejar un heredero para que todo acabará, pero a veces se le metían cosas raras en la cabeza, cosas como... quedarse junto a Vegas. -¡No!- exclamó tirando el control remoto al sillón y se mordió el pulgar molesto por pensar en cosas sin sentido.

Eran las 9 de la noche y Vegas había decidido ir a comprar algo para cenar y así de paso que dejar a Pete solo unos minutos, lo necesitaba luego de que en la tarde habían tenido un encuentro casual de sexo en el dormitorio de Vegas así que el castaño sabía que si se quedaba iba a sufrir las consecuencias de sus actos. Pete se levantó del sofá caminando hasta la cocina para tomar un vaso de agua y luego regreso a la sala buscando entre uno de los cajones una película, si Vegas iba a traer la cena, entonces comer pollo mientras miraban algo más que sus caras estaría bien.

-¿Por qué demonios no tiene una película de terror?- pregunto, luego saco su celular para darle una llamada al castaño pero por desgracia este había dejado su teléfono en el comedor -Genial- dijo y fue hasta el lugar. El mayor estaba a punto de dejar el celular en otro lugar pero entre las notificaciones había un mensaje sin ver así que Pete ahora estaba en un debate entre si debía ser curioso o no, al final gano la curiosidad abriendo la red de mensajería. Había algunos mensajes de empresarios así como también algunos de chicas. "Ya te has olvidado de mí", "Te extraño", "Salgamos a tomar un copa", eran mensajes entre antiguos y nuevos de diversas mujeres que lamentablemente quedaron solo en visto, Vegas no se tomó la molestia de responder, pero aun así la molestia en Pete estaba presente. Luego vio otro mensaje reciente de Kinn.

"Mañana saliendo del trabajo tengo un sorpresita para ti, tienes que despedir tu soltería a lo grande así que estoy llevando algunas amigas, pasare por ti, no me falles!!" El ceño fruncido del pelinegro mostraba una sola cosa, estaba completamente molesto, Pete estuvo a punto de responder si no fuera porque Vegas se encontraba afuera intentando abrir la puerta así que antes de que lo descubra fue de vuelta al cajón de películas y fingió estar buscando.

-Compre ramen también- hablo Vegas y miró a Pete buscando en los cajones -¿Qué haces?- preguntó.

-¡¿Por qué no tienes películas de terror?!- exclamó el mayor asustando al castaño.

-Ehmmm... porque no me gustan- respondió.

-¡Quiero ver una película de terror!- Vegas dejo el pollo y el ramen instantáneo en la mesa pensando en que le pasaba a al pelinegro, lo dejo más de una hora solo pero al parecer el mal humor no se le iba.

-Bueno usa netflix como todos- sugirió -¿En qué siglo vives?- Pete cerró el cajón colocándose de pie para traer algunas servilletas y vasos, pensó coherentemente y si Vegas no se sabía nada de eso entonces el castaño aun no es culpable pero ya estaba pensando seriamente en tener una conversación con Kinn así que por mientras iba a disfrutar esa noche de una buena película de terror junto a Vegas, comiendo pollo frito, coca cola y ramen.

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Aquella mañana Pete despertó temprano para alistarse e ir a su negocio, él debía dejar todo listo antes de ir a darle una visita a Kinn. Indicio a Andrew y Marim algunas cosas, les ayudo preparando otras y luego salió del lugar. Tomo el metro hasta la estación para después caminar hasta el otro edificio cerca del trabajo de Vegas. No hubo necesidad de identificarse al ingresar, a pesar que iba por primera vez una de las recepcionistas lo reconoció haciéndolo pasar e indicándole donde quedaba el lugar que buscaba, Pete tomó el ascensor hasta el tercer piso caminando con paso firme hasta la puerta y encontrándose con Porsche quien estaba sentado en su puesto arreglando unos papeles.