Aquel mismo día empecé las lecciones con Kiri de nuevo. No había podido practicar con ella desde que hablamos en el bosque, aquella noche.
Habíamos comido juntas y dábamos un paseo ahora por el bosque, disfrutando de la calidez de los rayos de sol mientras el sol caía para el atardecer.
- ¿Qué hay entre Kovu y tu? - me preguntó. Aquello me pilló desprevenida, pero respondí de todas formas.
- Nada. Solo somos buenos amigos. - aseguré. Kiri sonrió y sacudió la cabeza.
- Pues deberías decírselo porque dudo mucho que él opine lo mismo. - soltó. Yo fruncí el ceño e hice un mohín. Abrí la boca para responder pero ella fue mas rápida. - Neith, Kovu solo tiene ojos para ti. - dijo.
Yo sacudí la cabeza, moviendo mis trenzas. Avancé unos pasos para esquivar unas ramas y sujetarlas para que no sacudieran a Kiri.
- ¿Has pensado en unirte a él? Muchas chicas andan detrás de él y...
- No quiero unirme a alguien. - la interrumpí. El pensamiento de hacerlo me hacía sentir mareada. Ya lo había hecho una vez. Con su hermano. Esta vez, fue otro sentimiento el que me sacudió.
- ¿Por qué no? - preguntó Kiri. No era un reproche, era una pregunta que pretendía hacerme hablar.
Me encogí de hombros.
- Creo que todavía soy joven. - dije. Kiri elevó una ceja y me miró divertida.
- ¿Esa es tu mejor respuesta? - dijo. Yo sonreí evadiendo su mirada. Me venían imágenes intermitentes de la noche en la que me había unido a él. Supongo que no quería unirme a alguien porque sabía que no sería igual de especial como aquella vez. - ¿Por qué? - repitió. Una nueva oportunidad para abrirme.
- Porque sigo enamorada de alguien que ya no existe. - dije. Y sentí que el peso que había cargado sobre mis hombros durante todos aquellos años, sin contárselo a nadie, se reducía. De repente me sentí mas lívida, como si fuera tan ligera como una pluma.
- ¿Murió? - dijo Kiri, apenada.
- Mas o menos. - dije, acariciando unas flores que nacían en un tronco y parecían salir disparadas hacia todos los lados.
- ¿Mas o menos? - repitió Kiri, comenzando a sentir que había algo detrás de todo aquello. Algo que me pesaba.
- Me separé de él y bueno... él ahora tiene su vida y yo tengo la mía. - dije. Y era verdad. Yo ahora tenía una vida. Tenía amistades, ambiciones y tenía sueños que sabía que podían cumplirse. Tenía oportunidades y tenía herramientas que podía usar a mi disposición para crear mi realidad. La que yo quisiera.
Y Neteyam tenía su vida. Tenía un futuro. El que él quisiera. Era alguien talentoso e inteligente. ¿Por qué volvería atrás para recuperar una época en la que estaba yo? Una época en la que él todavía apenas tenía oportunidades. Todavía tenía muchas cosas restringidas pero ahora, ahora gozaba de una vida sin límites. Volver atrás significaría renunciar a todo eso por alguien que no tenía las mismas oportunidades que él. A mi todavía me costaba relacionarme con la gente porque había sido exiliada de un clan. La verguenza que tendría que pasar si la gente supiera quien era yo en realidad sería tal, que tendría que abandonar el clan.
Y yo no estaba dispuesta a ello.
Yo no podía ofrecerle nada excepto mi amor y eso no bastaba para conquistar a una persona. No era inteligente, no era buena tejiendo y tampoco cantando. Solo era buena luchando. Por la Gran Madre, ni siquiera sabía escribir correctamente.
- ¿Crees que te ha dejado atrás? - se aventuró Kiri. Su voz me bajó los pies a la tierra, despertandome de repente.
- Sin ninguna duda. - dije. No tardé un segundo siquiera en responder.
- Mi hermano no es así. - dijo. Yo abrí mucho los ojos, cuando Kiri dejó escapar aquella frase. Entrabrí los labios, sorprendida. Intenté decir algo que disuadiera sus pensamientos pero ella habló antes de que yo pudiera decir nada. - Ninguno de nosotros te ha olvidado, Neith. - dijo con suavidad. El aire se atascó en mis pulmones, como si no supiera como usarlo. - Especialmente Neteyam. - siguió.
- ¿Tus padres...
Ella negó rápidamente con la cabeza, interrumpiéndome.
- Ninguno de ellos saben nada. No se lo contamos nunca - dijo encogiéndose de hombros. - no queríamos arriesgarnos a meternos en problemas y que no pudiéramos vernos. - explicó.
Asentí, con aquella información todavía flotando entre nosotras.
- ¿Por qué fingiste que no nos conocías cuando vinimos aquí? - preguntó Kiri. Yo no respondí inmediatamente. Por Neteyam, pensé. Pero en realidad él no había sido la verdadera razón. No esta vez, al menos.
- Porque nadie aquí sabe que estuve viviendo en el bosque durante años. - expliqué. Kiri frunció el ceño.
- ¿Vivir en el bosque? - repitió, sin acabar de entenderlo. - A nosotros nos dejaron quedarnos y vivíamos en el bosque. - dijo.
Yo negué con la cabeza.
- Kiri, yo no tengo un clan. - expliqué. No podía creer que la estuviera contando esto. Ni siquiera se lo había contando a Neteyam.
Ella volvió a fruncir el ceño, sin entender nada.
- Yo...
- Hey - dijo una voz a nuestro lado. Giré la cabeza, todavía con el corazón a mil para encontrarme con Neteyam, a unos metros. No le había oído llegar.
No le había oído llegar.
- ¿Habéis empezado ya? - preguntó alternando la mirada entre su hermana y yo. Sus ojos se detuvieron mas de la cuenta en el vendaje de mi hombro.
- ¿Empezar que? - pregunté.
- Las lecciones. - respondió mirando esta vez a su hermana. Ella negó rápidamente con la cabeza, impidiendo que pudiera sospechar nada. - Os... ¿os importa que me incorpore? - titubeó.
- No. - respondió rápidamente Kiri, con un deje de emoción en la voz. Sin embargo su mirada estaba fija en mi, esperando una respuesta.
Negué con la cabeza, todavía con el corazón en la garganta. Sin asimilar que Kiri sabía lo que su hermano suponía para mi.
"Mi hermano no es así"
"Creía que volvería a perder..."
Miré a Neteyam una vez mas antes de que pasara por nuestro lado, siguiendo a su hermana, que se perdía en el bosque. Una ráfaga de viento sacudió mis trenzas, con un mensaje
"Guerrero del Viento"
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Guerrero del Viento
FanfictionUna historia en la que Neith (TN) y Neteyam parecen tener una conexión especial, pero debido a un malentendido se separan para siempre. Los secretos que ambos guardan le llevan a cuestionarse si realmente se conocen. Además, el rechazo de la socied...