- Respirar - canturreé mientras observaba como ambos se sumían en ese trance. - Y soltarlo despacio, sintiendo como el aire recorre vuestro cuerpo. Como le da la vida. - repetí el mantra.
La brisa susurraba a nuestro alrededor, trayendo consigo cientos de mensajes, cada uno mas impresionante que el anterior. El sonido del beso de un amante, la caricia de una madre, la promesa de no olvidarse entre dos amigos, el último aliento de alguien, el primero de otro. Un suspiro de alivio, suspiros entrecortados, la primera risa de un niño, el llanto de un padre que coge a su hijo por primera vez...
Y la respiración de Eywa.
La mas fuerte de todas. La mas poderosa. La que gritaba por encima de todo lo demás. Casi podía sentir el movimiento de su respiración, hinchando su mando verde bajo nuestros pies.
- Sentir como el viento ruge dentro de vosotros. Escuchad la canción. - dije cerrando también mis ojos, para centrarme en esa sensación. En ese cosquilleo bajo mi piel. En el vacío que se abría en mi mente.
Me convertí en viento, en libertad, en vida.
Y cuando abrí los ojos, había dejado otra vez mi cuerpo atrás para escuchar los pensamientos de mis amigos. Para escuchar sus respiraciones.
La que escuché primero fue la de Kiri. Acompasada, tranquila. Comenzaba a escuchar su alrededor. Intentaba abrirse paso para buscar ese algo que había estado buscando desde hacía años. El aliento de la Gran Madre.
Así que como no quería interrumpirla, desvié mi vista hacia su hermano. Estaba intranquilo, no podía dejar la mente en blanco, no sabía mecerse en su propia oscuridad, para nadar en ella y escuchar su canción.
Me acerqué a él, observando como su pecho se hinchaba a cada nueva respiración, haciendo que los lunares luminiscentes de su cuerpo se iluminaran. Era un síntoma de que escuchaba algo. Que estaba en sintonía con la Gran Madre. Que respiraba con ella.
Fruncí el ceño. Si era así, ¿por qué estaba tan intranquilo?
Me senté frente a él y traté de comunicarme con Neteyam. Si me respondía, significaba que estaba preparado para el siguiente paso. Para comenzar su formación como Guerrero del Viento. Cosa que dudaba mucho, pues nunca había asistido a las pequeñas lecciones que le había dado a Kiri. Eso significaría que la Gran Madre le había dado un valioso don como Shylicateyina. El simple pensamiento de que pudiera formar parte de un grupo ancestral de guerreros hizo que la cabeza me diera vueltas.
"Neteyam" probé. Y su rostro se contrajo, en una mueca confundida. Entreabrió los labios para responder pero pareció pensárselo mejor y no hacerlo.
"¿Neith?" preguntó. Y regresé de golpe a mi cuerpo, con la respiración agitada, totalmente desconcentrada y sintiendo que todo daba vueltas a mi alrededor.
"¿Me oyes?" pregunté, con los labios cerrados con fuerza. Él, aún con los ojos cerrados, apretó la mandíbula y respondió:
"¿Por qué no iba a oírte?" volvió a responder en mi mente. No con una ráfaga de aire, sino en mi mente. Aquello era... Era como si hubiera conseguido respirar conmigo. Como si el flujo de energía que ambos sentíamos fuese en realidad uno.
- Abre los ojos. - dije en voz alta y los ojos de Neteyam se abrieron, de inmediato. Los de Kiri también que antes de clavarse en los míos, parecieron perderse en el bosque como si tratara de buscar algo.
Neteyam elevó una de sus cejas, sin saber lo que acababa de pasar.
- Me escuchabas. - dije. Kiri frunció el ceño, a nuestro lado, confundida.
- ¿Por qué no iba a hacerlo? Hablabas en voz alta. - dijo. Kiri hizo una mueca, sin entender nada.
- Yo no estaba hablando. - dije. Neteyam puso exactamente la misma cara de confusión de Kiri, que le miró, como si acabara de entenderlo.
- Te he oído. Hablabas en alto, como lo estas haciendo ahora mismo. - dijo Neteyam. Parecía comenzar a desesperarse.
Negué con la cabeza, con un amago de sonrisa. Aquel descubrimiento me puso los pelos de punta.
Comprendí que todos los hermanos. Todos ellos tenían una conexión distinta con la Gran Madre, pero una conexión especial, a fin de cuentas.
- Yo no he oído nada. - intervino Kiri.
Neteyam sonrió, nervioso. Como casi con miedo a haber hecho algo mal.
- ¿Bromeáis? - dijo. Y se levantó, como si algo se le hubiera clavado en el trasero. - ¿Nadie lo ha escuchado? - sus ojos intentaban buscar ayudar en alguna de nosotras. - ¡Estabas hablando! Como yo lo estoy haciendo ahora mismo, como si...
- Neteyam - le interrumpí. Me levanté para mirarle a los ojos. Esos que no me había atrevido a mirar de cerca hasta ahora. - Lo que has escuchado es el viento. Así es como nos comunicamos los Guerreros. - expliqué.
Kiri posó sus manos en el hombro de Neteyam, como si quisiera notar su respiración, para comprobar que era tan agitada como demostraba su pecho; que subía y bajaba a toda velocidad.
Sonreí, sin poder aguantar mas la emoción.
- Neteyam, lo que acabas de hacer... Muy pocos lo consiguen. - expliqué. Aquello iba mas para mi que para él. Como si tratara de poner mis pensamientos en orden.
Una de mis manos se posó en su pecho, notando su corazón acelerado bajo la palma de mi mano. Su piel seguía siendo tan cálida como la recordaba. Suave, lisa, tersa en su torso, abrazando sus músculos.
- Ahora eres uno de nosotros. - dejé escapar en apenas un susurro. Kiri sonrió ampliamente, estrechando su hombro. Pero los ojos de Neteyam seguían clavados en los míos, dejando ver por primera vez lo que verdaderamente sentía. Sin aquella máscara.
La calidez de su mirada logró derretir las garras de hielo que encerraban mi corazón. Cuando lo hizo, sentí esas mariposas otra vez revoloteando por mi pecho, volando hacia mi garganta, haciéndome sonreír.
Neteyam me devolvió la sonrisa, iluminando su mirada. Otra vez negra, a causa de sus pupilas dilatadas.
Noté su corazón latiendo a toda velocidad bajo mi mano, mucho mas rápido de antes, al alocado ritmo del mío.
No podía apartar la mirada de sus ojos dorados. Había vuelto a caer en ellos, en su hermosura que tendía a comparar con la luz de las estrellas en una noche sin luna.
Neteyam, El Guerrero del Viento.
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Guerrero del Viento
FanficUna historia en la que Neith (TN) y Neteyam parecen tener una conexión especial, pero debido a un malentendido se separan para siempre. Los secretos que ambos guardan le llevan a cuestionarse si realmente se conocen. Además, el rechazo de la socied...