En frente de su casa se encontró aparcado un coche desconocido. Molesto porque el letrero de «En venta» aún permanecía a un lado del camino, JunMyeon esperaba que el coche perteneciese al agente inmobiliario. Así podría decirle a la cara lo que pensaba del asunto. Un pequeño y belicoso hombre trajeado salió del coche y se aproximó hacia él.
—¿El señor Kim JunMyeon...?
—¿Sí? —JunMyeon asintió a modo de confirmación.
El hombre le entregó un sobre, regresó al interior del coche y desapareció. JunMyeon abrió el sobre. Se trataba de un aviso de expropiación extendido por el bufete de abogados de su abuelo.
El notario de JunMyeon, el señor Yesung, encontró un hueco en su agenda para atenderlo a la mañana siguiente. Estudió el aviso de expropiación y suspiró:
—Sí, me temo que el documento está en regla. Se le advirtió a su padre heechul que esto podría ocurrir algún día. —informo Yesung.
—¿Mi padre...heechul sabía que esto podría ocurrir? Nunca me lo mencionó. No lo entiendo. —protestó JunMyeon con ojeras bajo los párpados debido a la noche de insomnio que había soportado.
—Como usted sabe, mi colega, el cual administró las propiedades de su padre heechul se retiró el año pasado. —explico el viejo acomodándose los lentes—. Debió asumir que su padre ya le había explicado los riesgos a los que usted se exponía y pensó que usted entendía la naturaleza del problema.
—Yo también creía entenderlo, pero ya veo que no. —replico JunMyeon con tristeza—. Era consciente de que jamás me convertiría en propietario de la granja de Kim, pero pensé que se me había cedido en usufructo de por vida.
—La granja pertenece a su abuelo y siempre ha tenido el derecho de pedirle a usted que desaloje la propiedad de modo que pudiera ser puesta en venta. El acuerdo por el cual su padre heechul adquirió el derecho a residir en la granja era extremadamente complejo. En cualquier caso, en dicho acuerdo, Sooman se reservaba claramente el derecho a poner fin a la cesión de la granja en el momento en que le pareciera oportuno. Y precisamente ahora ha decidido ejercer dicho derecho. —el notario examinó el rostro de su cliente con una curiosidad que apenas podía ocultar—. Por supuesto, usted podría adquirir la granja de Kim y eso solucionaría el problema.
JunMyeon intentó formar una sonrisa en su boca. Era muy consciente de que, llevando el apellido Oh, resultaba poco creíble argumentar ante un tribunal que estaba en bancarrota. Caminó lentamente de vuelta a su todoterreno. Se sentía angustiado. Tenía que abandonar la granja en el plazo de un mes. Y, de pronto, recordó que siempre que aparecía un problema en el horizonte, era costumbre suya llamar a SeHun. El consejo de SeHun le había resultado de gran valor en el pasado. Pero esta vez no podía llamar a SeHun para pedir ayuda.
Tampoco tenía ningún sentido contactar con su abuelo, quien le había expresado su rencor en numerosas ocasiones de forma clara y con una ferocidad desalentadora. Evidentemente, su decisión de divorciarse de SeHun había sido la gota que había colmado el vaso. Dentro de su ignorancia, había creído que su padre, Hangeng, se había encargado de que tanto heechul como él pudieran vivir en la granja durante el resto de sus días. La verdad había sido un gran golpe para JunMyeon. ¿Por qué iba a dejar su abuelo que continuase viviendo en la granja si había sido un desastre como nieto? Sooman no le debía nada; pensó JunMyeon.
Y si llamaba a Chanyeol ¿Podría pedirle a él algo de ayuda? Pero Chanyeol no tenía mucho dinero y menos ahora que pensaba mudarse a Seúl. Además, Chanyeol ya tenía suficiente preocupándose por Kyungsoo y los hijos de este como para sumarle sus problemas.
En menos de un mes, todos los animales del refugio se quedarían sin hogar. Era como si una bomba hubiera estallado en su pequeño y organizado mundo. Con la explosión desaparecían todos sus sueños. ¡Y pensar que había creído poseer la estabilidad económica suficiente para tener un hijo solo! Sólo ahora se daba cuenta de que el fundamento de su seguridad había sido el no tener que pagar una renta o una hipoteca y que, ahora, sin esa ventaja, todos sus planes se caían como un castillo de naipes.
Pero estaba siendo terriblemente egoísta al pensar sólo en sus problemas, reconoció con cierta culpa. Yuri y Kiseop también vivían en Kim ¿Adónde podían mudarse? JunMyeon les había cedido la casita donde vivían y les había dicho que podían quedarse allí todo el tiempo que quisieran. Sintió náuseas al recordarlo.
Gracias a su habilidad para tratar a los pacientes difíciles, Yuri se había manejado muy bien a la hora de cuidar de heechul, en un momento en que JunMyeon estaba rodeada de problemas. Unas semanas más tarde, Yuri y su marido se ofrecieron como voluntarios para el refugio. Pero poco después de la muerte de heechul. Kiseop sufrió un infarto y Yuri no pudo seguir trabajando. La amable pareja se encontró con dificultades económicas y entonces JunMyeon les ofreció su ayuda. Su generosidad fue pagada con creces y la salud de Kiseop mejoró rápidamente, aunque nunca pudo recuperar toda la movilidad de su cuerpo. Sería algo devastador para ellos perder su hogar por segunda vez.
JunMyeon regresó a la granja justo a tiempo para atender la visita del agente inmobiliario. Cuando éste le informó de que la granja saldría a venta pública, JunMyeon se sintió desalentado: el precio que alcanzaría la granja sería mucho más alto de lo que JunMyeon podía permitirse. Pero, aun así, concertó una cita con su banco al día siguiente para averiguar si había alguna forma de solicitar un préstamo por el importe que necesitaba.
Al día siguiente en el banco, le dijeron que no contaba con activos para ofrecerlos como aval y que, por otro lado, tampoco ganaba lo suficiente para hacer frente a los pagos.
A JunMyeon se le hundió el corazón al darse cuenta de que la única persona a quien podía pedir ayuda era SeHun. Reunió todas las fuerzas que pudo y lo llamó.
—Necesito verte... ¡Urgentemente! —le confió a SeHun.
SeHun examinó la revista que tenía encima de la mesa y recorrió con su mirada una foto en el que su esposo era besado por Chanyeol.
—¿Por qué motivo? —dijo SeHun.
—Ha ocurrido algo horrible. —JunMyeon se mordió el labio inferior—. Tengo un serio problema. ¿Podrías concederme un préstamo? Aunque quizá tarde en pagarte unos cientos de años. —le avisó con aprensión.
—Explícate mejor. —ordeno SeHun y el interés encendió una llama en su mirada.
—Sí no consigo comprar la granja, el refugio tendrá que cerrarse y no sé qué será de los animales... Ya ves, creí tener derecho a quedarme allí durante el resto de mi vida, pero, por lo visto, no es así. Mi abuelo va a vender la granja. —le dijo JunMyeon a flor de los nervios.
SeHun se irguió como un muelle y en su rostro apareció una sonrisa más fría que el hielo. «Gracias, Sooman. Animales sin hogar, justo lo que necesitaba... Estoy de nuevo en el buen camino». JunMyeon no había acudido a Chanyeol o quizás este le dijo que no podría ayudarlo. Peor él si lo haría y eso le serviría para que JunMyeon no se alejara de su lado. SeHun esquivó el resto de la explicación de JunMyeon diciendo:
—De acuerdo. Volaré a la granja mañana por la mañana. A primera hora.
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¿Teorias de lo que hara sehun con jun? nos leemos mañana bebes. es hora de actualizar otros fics
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ENTRE DINASTIAS -SEHO
RomanceEl chaebol (en hangul, 재벌; en hanja, 財閥) es un modelo empresarial basado en grandes conglomerados con presencia en distintos sectores económicos, que se ha desarrollado en Corea del Sur. Las compañías que presentan esta peculiaridad se caracterizan...