XXVI

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Cuando JunMyeon acabó de vestirse y salió en busca de SeHun, pero ya era demasiado tarde: SeHun se había marchado. El pánico lo asaltó. Saco su celular para llamarlo y, entonces, dudó. ¿No sería mejor esperar a que llegara a casa? «Sí, SeHun volverá más calmado y entonces podremos utilizar un poco más de sentido común para seguir hablando del tema. Además, yo también tengo que calmarme».

JunMyeon se sentía al borde de las lágrimas. Frenético, furioso, herido, aterrorizado. SeHun había sido sincero con él: no quería tener un hijo. Lo había admitido a la vez que lo censuraba por tomar la píldora. Pero eso no le daba ningún consuelo. Lo que realmente le importaba era que había herido el orgullo de SeHun y se culpó a sí mismo por no haber sido más sincero con SeHun en ShuHan.

La tarde transcurrió lentamente, animado tan sólo por una llamada de Chanyeol, quien pidió a JunMyeon que lo acompañara para ver un par de apartamentos unos días más adelante. Fue después de medianoche cuando SeHun llamó para decirle que tenía mucho trabajo y que pasaría la noche en su apartamento de Seúl. JunMyeon ocultó su decepción e intentó comportarse como si no pasara nada. Tal vez fuera buena idea dejar que las cosas se calmaran, pensó.

SeHun estuvo fuera durante dos días y, al tercero, cuando volvió a Oakmere, era JunMyeon el que estaba ausente. SeHun miró en todas las habitaciones para comprobar si su esposo le había dejado alguna nota. Después, entró en el establo en su busca, pero no había señal de JunMyeon por ninguna parte. Cuando vio que no tenía otra opción, marcó el número de su móvil.

—¿Dónde estás? —preguntó SeHun, un poco preocupado.

—Estoy en Isandong, viendo unos apartamentos...

SeHun respiró hondo, muy, muy lentamente. Tratando de aguantar los celos que lo embargaban al saber que JunMyeon habia corrido a los brazos de Chanyeol.

—¿Estás todavía en el trabajo? —pregunto JunMyeon.

—No. Regresé a casa para pasar un poco de tiempo contigo. —susurro SeHun.

—Y yo estoy fuera... Lo siento SeHun. —JunMyeon se esforzó en hacerle ver que lo sentía de verdad—. Creí que tampoco vendrías esta noche.

A SeHun no le resultó nada reconfortante la confesión de JunMyeon. ¿Y si el atractivo y atento Chanyeol era algo más que un amigo? ¿Cómo podía averiguarlo? Chanyeol no hacía nada sin consultarlo antes con JunMyeon. Chanyeol lo llamaba continuamente y JunMyeon compartía un lazo muy estrecho con él. En comparación, SeHun se encontraba en desventaja. Había presionado a JunMyeon para que se fuera a vivir con él. JunMyeon no lo amaba. Teniendo en cuenta lo que le había dicho sobre su carácter, estaba claro que ni siquiera le gustaba. Y sin embargo, no podía quitarle las manos de encima. 

Por lo menos, JunMyeon sí se sentía sexualmente atraído por él. ¿0 había sido también eso parte de la actuación? ¿Una mera diversión, tal vez? JunMyeon era un chico muy sensual que había esperado demasiado tiempo para descubrir esa nueva dimensión de su naturaleza. Quizá ahora ardía en deseos de experimentar...

—¿SeHun? —JunMyeon interrumpió el silencio de la línea telefónica—. Mira, tengo que irme. Te veo después.

Pasó muchas horas hasta que JunMyeon llegó a la granja. Y lo único que deseaba era tumbarse y dormir durante, por lo menos, un mes. Por mucho que había intentado apresurarse en el camino de vuelta, no lo había conseguido.

SeHun lo saludó, de pie frente a las escaleras. En el momento en que lo vio, a JunMyeon se le hizo un nudo en el estómago. SeHun tenía un aspecto tan poderosamente atractivo que apenas podía quitarle los ojos de encima.

—¿Dónde has estado? —preguntó SeHun—. Intenté llamarte de nuevo. No contestabas al teléfono.

—Olvidé recargar la batería. —suspiró JunMyeon—. Si te lo cuento, no me vas a creer los problemas que he tenido para volver a casa...

—Inténtalo. —lo invitó SeHun con una mueca.

—Chanyeol se eternizó hablando con el vendedor del apartamento que estuvimos viendo. Cuando volví al coche, tenía una rueda pinchada... Chanyeol lo cambió, pero tuvo un montón de problemas con las tuercas de la rueda. —JunMyeon se apartó un mechón de cabello de la frente mojado por el sudor.

—Las tuercas de la rueda. —repitió SeHun con su característico resplandor en los ojos—. ¿Es ésa la mejor excusa que tienes?

Abriendo los ojos como platos, JunMyeon se detuvo en su camino escaleras arriba.

—¿Perdón? —preguntó sorprendido.

—Son más de las doce de la noche JunMyeon. —regaño SeHun.

—Pues no soy Cenicienta. —replico JunMyeon.

—Y yo no soy estúpido JunMyeon. —acuso SeHun lleno de celos porque haya pasado tiempo con Chanyeol—. Has estado con otro hombre durante horas.

—¿Con otro hombre? —preguntó JunMyeon, sin ser capaz de identificar inmediatamente a Chanyeol como el objeto de las preguntas de su marido.

—Tampoco contestabas el teléfono... has estado fuera toda la tarde. ¿No te parece natural que sospeche? —agrego SeHun apretando los puños.

Cuando JunMyeon se dio cuenta de adónde quería llegar SeHun con sus preguntas, apenas pudo ocultar su perplejidad.

—¿Sospechas de Chanyeol y de mí? —pregunto JunMyeon—. ¡Pero si Chanyeol está locamente enamorado de Kyungsoo desde hace años!

—Es la primera vez que mencionas el nombre de Kyungsoo, ¿no te parece eso un poco extraño? —inquirió SeHun—. más parece un invento tuyo.

La persistencia de SeHun desconcertaba a JunMyeon. La tensión que se marcaba en sus rasgos faciales era muy real, sin embargo. Sólo entonces recordó JunMyeon aquella ocasión en que SeHun le preguntó por su amistad con Chanyeol a raíz de la foto que había salido publicada en las revistas. La única respuesta que JunMyeon le dio fue un largo silencio. Entonces JunMyeon se sintió horriblemente culpable por no haber intentado acallar sus sospechas entonces. De hecho, hasta había disfrutado con la idea de que SeHun pensase que sus afectos no estaban centrados exclusivamente en él.

—Chanyeol y yo somos amigos, sí por un tiempo llegamos a darnos simples besos, pero fue durante el tiempo en que nosotros no nos hablamos y cuando empezamos a tener este matrimonio formal los roces de los labios se acabaron. —confeso JunMyeon avergonzado—. Eso es todo. Debí dejarlo claro desde el principio. El problema es que... quería que te sintieras un poco celoso con la situación.

SeHun sintió que tenía nauseas. Su corazón y estomago se le revolvían de los celos con la sola imaginación de Chanyeol besando a JunMyeon en múltiples ocasiones. Por dios, sabía que era estúpido reclamarle a JunMyeon sobre aquella aventura durante esos 7 años cuando él también tenía relaciones con otros chicos. Era estúpido, pero quería hacerlo, quería gritarle por haber dejado que Chanyeol lo besase. Aunque no tuviera el derecho de hacerlo.

—No soy celoso. —mintió SeHun con los dientes apretados.

Luchando contra el mareo repentino JunMyeon tuvo que reconocer que no se sentía bien y se agarró con fuerza la barandilla de la escalera. Tenía el rostro más blanco que la nieve.

—Mi amor... ¿Qué te pasa? —exclamó SeHun al verlo más pálido.

JunMyeon titubeó y sus rodillas cedieron bajo su peso. Se cernió la oscuridad en torno a sus ojos. SeHun se lanzó hacia JunMyeon y lo tomó en sus brazos cuando este se desmayó. 

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¿que pasara con myonie ahora? ¿quieren que chan tenga más relevancia? comenten hij@s del seho

ENTRE DINASTIAS -SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora