VI

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JunMyeon no tenía idea de dónde quería ir a parar SeHun. Por otro lado, tampoco quería oír hablar del pasado, ya que no soportaba revivir aquel doloroso periodo de infelicidad que había soportado después de morder el anzuelo que lo había llevado hasta Seúl. JunMyeon sintió cómo se le hacía un nudo en el estómago.

—Bueno, nunca pensé que fueras a quejarte, SeHun. —susurro JunMyeon con enojo—. De hecho, me parece muy hipócrita que hagas ese tipo de comentarios...

—¿En serio?

—En serio. —repitió rápidamente—. De verdad que no entiendo por qué te comportas de esta manera. —lo acusó JunMyeon, apartando la silla de la mesa con un movimiento repentino—. ¡Después de todo, debiste sentirte bastante aliviado cuando la enfermedad de heechul me dio una razón de peso para salir de tu vida otra vez!

—Eso no es cierto. —afirmó SeHun.

JunMyeon estaba temblando. Cuando se trataba de hablar sobre cualquier asunto que estuviera relacionado con la humillación y el dolor que le había producido su matrimonio, JunMyeon perdía el control muy rápidamente.

—Lo siento. —dijo JunMyeon con fiereza—. Pero eso no es un argumento muy convincente viniendo de un hombre que es capaz de emborracharse adrede para no tener que consumar su matrimonio.

Durante un instante, SeHun permaneció en su asiento como si se hubiera transformado en una estatua. Después, con igual rapidez, se levantó de un salto y miró a JunMyeon con los brazos en jarras y su metro ochenta y cinco de agresiva masculinidad.

—Repite lo que acabas de decir... —le ordenó SeHun.

—No lo haré. —un fuerte instinto de protección hizo que JunMyeon se batiera en retirada.

—Dices que no consumé... que no consumé nuestro matrimonio...

Las mejillas de JunMyeon ardían. No podía creer que siente años después de aquello hubiera tenido el valor suficiente de echarle en cara aquel humillante episodio.

—¿Estás diciendo que no pasó nada entre nosotros la noche de bodas? —los ardientes ojos dorados de SeHun se clavaron en el rostro de JunMyeon—. ¿Nada... en absoluto?

—No puedo creer que eso sea una novedad para ti. —murmuró JunMyeon con la cabeza gacha, mirando hacia el suelo.

La rabia atravesó el pecho de SeHun como si fuera una bola de fuego. Bajo sus efectos, sintió un mareo. No podía recordar haber estado nunca antes tan enfadado. Y sin embargo, el descubrimiento que acababa de hacer alejó por fin el oscuro fantasma de la culpa que lo había estado atormentando durante tantos años. No había maltratado a JunMyeon en la noche de bodas. Se sintió liberado. Con un discreto movimiento de cabeza, impidió que el camarero entrase en la habitación con un carrito lleno de comida. Apretando la mano de JunMyeon, salieron ambos de la habitación con ánimo imperioso. Una emergencia inesperada, le dijo al director del hotel. Con sus guardaespaldas caminando detrás y privándoles de intimidad, SeHun se dirigió hacia el helicóptero sin ofrecer aún una explicación a JunMyeon.

«¿Qué ocurre? ¿Adónde vamos? ¿Qué pasa con la comida? ¿Por qué te comportas así?». Todas esas preguntas se le pasaron por la cabeza a JunMyeon, pero la precaución le impidió verbalizarlas en voz alta. ¿Tanto se había sorprendido SeHun al recordarle que su matrimonio no había sido consumado? Eso no concordaba con su carácter; el SeHun que siempre había conocido era demasiado impasible como para tener una reacción así.

De vuelta en la granja, SeHun abrió de golpe la puerta delantera y entró en la sala de estar dando grandes zancadas. Una llama de ira surgió de sus impresionantes ojos dorados.

ENTRE DINASTIAS -SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora