Con las mejillas encarnadas por la pasión y los ojos centelleando, SeHun le quito la camisa.
—Eres precioso mi amor. —dijo SeHun, tartamudeando.
Fascinado por su voluptuoso cuerpo y por los erectos pezones de JunMyeon que palpitaban esperando sus besos, SeHun empujó a JunMyeon contra la almohada. Le quitó el pantalón de vestir y lo lanzó a un lado. Se inclinó sobre JunMyeon soltando un gemido de satisfacción y dejó que sus labios jugaran con los pezones de JunMyeon. Este sintió como le ardía la pelvis y arqueó sus caderas hasta apretarlos contra el cuerpo de SeHun.
—Y además, eres muy inteligente. —murmuró SeHun mientras se apartaba de JunMyeon, con una cierta reticencia a quitarse todavía la ropa.
—¿En serio? —JunMyeon tuvo que hacer un esfuerzo para hablar. Los increíbles ojos de SeHun despedían llamaradas.
—Me dijiste que no... —reflexionó SeHun en voz alta, en contestación a la pregunta de JunMyeon—. Me hiciste esperar. No estoy acostumbrado a tener que hacerlo, pero he sentido un placer inesperado... No me he sentido tan excitado desde que era adolescente.
JunMyeon sintió rubor ante la declaración de SeHun. Luego, se dio cuenta de la verdad que acababa de revelarle: que SeHun no había estado con ningún otro chico para que le aliviase el libido durante la espera. Siempre había chicos sexualmente dispuestos rondando a los magnates ricos y poderosos, lo cual sólo podía significar que SeHun había tomado la decisión consciente de serle fiel. JunMyeon se sintió feliz. Por primera vez, cayó en la cuenta de que, si le ponía el listón del matrimonio lo suficientemente alto, el espíritu competitivo de SeHun podría hacerle luchar por cumplir todas las expectativas que se había creado con él.
—No había pensado en eso. —murmuró JunMyeon con sinceridad, intentando sonreír.
—Pues yo pienso en eso todo el rato mi amor. —le confesó SeHun, volviendo a sus brazos, desnudo y visiblemente excitado.
SeHun volvía a llamarlo «mi amor» y JunMyeon se preguntó si realmente podría serlo algún día. Porque, dejando a un lado su orgullo, la verdad era que ser el verdadero amor de SeHun era lo que de verdad siempre había querido. Y por la oportunidad de serlo estaba dispuesto a olvidar su orgullo, reconoció, quedándose sin saliva mientras SeHun se inclinaba sobre él en la cama. Su belleza era magnífica e imponente como la de un dios pagano.
—Mghh...SeHun. —susurró JunMyeon mientras resistía el ataque de besos de SeHun y con los dedos clavados en su masculino torso—. Cuando te miro...
—No mires mi amor... Toca. —decretó SeHun, con los ojos clavados en JunMyeon mientras le indicaba el camino correcto que tenía que recorrer con la mano, bajando por su musculado abdomen, para llegar al lugar donde se erguía su virilidad.
—No sé cómo... —involuntariamente, JunMyeon se quedó paralizado.
—Pero yo sí. —una sonrisa provocativa atravesó el atractivo rostro de SeHun—. Y tengo intención de enseñarte.
Nunca que se le hubiera ocurrido a JunMyeon que aprender algo nuevo pudiera ser tan estimulante. Estaba inmerso en el placer que la cercanía de SeHun le producía. Tenía derecho a tocar y explorar su cuerpo, el desafío de llevarle más allá del punto de no retorno.
JunMyeon notó enseguida lo difícil que era poner rienda a la libido de SeHun. Su apolíneo cuerpo estaba recubierto de sudor, sus músculos duros como bolas de billar y, además, estaba temblando. SeHun respiraba rápido y entrecortadamente.
—Ya basta... —jadeo SeHun sintiéndose desfallecer por las caricias que JunMyeon le daba.
—Aguafiestas... —JunMyeon le dedicó una lánguida mirada y, lentamente, sonrió. La próxima vez afinaría la técnica, decidió con una recién adquirida confianza.
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ENTRE DINASTIAS -SEHO
RomanceEl chaebol (en hangul, 재벌; en hanja, 財閥) es un modelo empresarial basado en grandes conglomerados con presencia en distintos sectores económicos, que se ha desarrollado en Corea del Sur. Las compañías que presentan esta peculiaridad se caracterizan...