SeHun no llegaría hasta la una. Pero una pareja que había solicitado adoptar un perro le hizo una visita y, para cuando se marcharon, a JunMyeon se le había hecho ya tarde. Se puso un pantalón gris, la blusa y la chaqueta que reservaba para ocasiones especiales. Ya podía escuchar el batir de aspas del helicóptero de SeHun. Miró su reflejo en el espejo e hizo una mueca.
Le gustaba cubrirse por completo y detestaba llevar puesta cualquier cosa que pudiera llamar la atención sobre su cuerpo. En cierta ocasión, heechul había llorado inconsolablemente, decepcionado porque su único hijo no hubiera heredado su esbelta belleza y su carácter extrovertido. JunMyeon había aceptado su carácter hogareño y, por tanto, no pensaba mucho en su aspecto. Medía un metro sesenta y cinco, tenía anchas caderas. Aunque la corpulencia que había tenido de adolescente había desaparecido ya, JunMyeon era consciente de que no tenía ninguna esperanza de adquirir el aspecto esbelto, grácil y elegante que había imaginado en sus fantasías adolescentes.
El helicóptero aterrizó en la pista cercana a la casa. SeHun inmaculado en su traje gris marengo, surgió del interior y se dirigió a la puerta principal. Otro hombre apareció por la puerta del granero sosteniendo una bala de paja en sus brazos. Ambos intercambiaron saludos. SeHun llamó al timbre. Justo cuando iba a intentarlo de nuevo llamando a la puerta trasera, JunMyeon apareció, sin aliento y sonrojado.
—SeHun...
—conejito... —SeHun se agachó para besarlo en ambas mejillas.
El cabello castaño de JunMyeon desprendía un delicado aroma a flores. SeHun dio un paso atrás, sintiéndose extrañamente incómodo con JunMyeon por primera vez en muchos años.
JunMyeon recorrió el cuerpo de SeHun. Como siempre, lo fascinaba. Los rayos del sol resplandecían en su corto pelo negro, resaltando su espléndida estructura ósea y sus dorados y profundos ojos. Era increíblemente alto y atractivo. JunMyeon se quedó sin aliento, lo cual lo molestó. No podía permitirse sentir nada por SeHun. La amistad era algo asexual y JunMyeon había aceptado ese hecho mucho tiempo atrás.
—Ay no...me olvidé de decirle una cosa a Chanyeol... perdóname. —dijo JunMyeon, corriendo por el patio en busca del hombre al que SeHun había saludado antes.
«¿Chanyeol? Pero Chanyeol es un hombre mayor, ¿no?». JunMyeon mencionaba ese nombre con frecuencia y por ese motivo le resultaba familiar a SeHun. Examinó al hombre alto y atractivo con el que estaba hablando su JunMyeon. SeHun se puso tenso al ver que JunMyeon descansaba su mano en el brazo de aquel hombre con un revelador gesto de confianza. JunMyeon se rió al escuchar algo que le dijo Chanyeol y SeHun frunció el ceño. «¿Quién diablos es este payaso? JunMyeon es demasiado inocente». Perdido en sus pensamientos SeHun no pudo ver como Chanyeol volvía a despedirse de JunMyeon con un suave roce de labios.
—¿Quién era ése? —SeHun le preguntó a JunMyeon de vuelta al helicóptero.
—Chanyeol... ¡Cielos, me olvidé de que todavía no se conocen! —jadeo sorprendido—. Debí haberlos presentado...
—Ahora no importa. —concedió SeHun con una sonrisa—. Creía que Chanyeol tenía unos setenta y cinco años...
—Ese era su padre, Chanyeol Yi. Era un anciano encantador. Solía venir todos los días. —JunMyeon dejó escapar un suspiro de aflicción.
—Recuerdo que lo mencionaste... Y, ¿qué le pasó al encantador anciano?
—Falleció hace unos dieciocho meses.
—Parece que su hijo y tú se han hecho muy amigos. —comento SeHun con incomodidad.
—Pues sí... —JunMyeon se sonrojo pensando en cómo habían terminado dándose suaves besos de despedida con Chanyeol—. ¡Ha sido vecino desde hace muchos años y es probablemente el mejor amigo que tengo en el mundo! —le confió sin vacilar.
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ENTRE DINASTIAS -SEHO
RomanceEl chaebol (en hangul, 재벌; en hanja, 財閥) es un modelo empresarial basado en grandes conglomerados con presencia en distintos sectores económicos, que se ha desarrollado en Corea del Sur. Las compañías que presentan esta peculiaridad se caracterizan...