Capitulo 38: Palabras de despedida

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Adrien:

Recorro junto con mi padre la casa. Sigue igual que antes. El mismo color, las mismas fotos. Pero sin ella. Sin la alegría que ella siempre daba a este hogar.

Miro los cuadros que están en cada rincón, veo como en cada uno esta mi madre. Sonriente, como ella siempre solía estar.

Me detengo en una. Nos encontramos lo dos. Ella tiene unos soquetes en sus manos, simulando que son titeres. Tratando de hacer reirme, con solo dos años. Tomo el cuadro en mis manos.

-Nunca dejabas de sonreír- digo en voz baja- Siempre buscabas la manera de que yo también lo hiciera.

Ese sentimiento vuelve a mi, y comienzo a sentir lo que vengo sintiendo por todos estos meses. 

- Se que es duro hijo. Pero no te quedes con ese sentimiento- dice mi padre por detrás mío.

Dejo la foto y me dirijo hacia las escaleras. Las observo. No se si estoy preparado para ver sus cosas.

- Si quieres. puedo ir contigo- dice mi padre. Solo asiento.

Juntos nos dirigimos hacia el piso de arriba. Miro mis pies, como van subiendo lentamente cada escalón. Sin ver a ninguno de los lados, sin ver sus fotos que cuelgan en las paredes.

Al llegar, nos dirigimos hacia su habitación. Su puerta esta cerrada.

- Solo entre allí dos veces- dice mi padre- La primera vez fue para ver lo que ella había dejado. Ordene algunas de sus cosas, pero no pude hacer mucho.- lo miro y veo como lagrimas corren por su rostro- La segunda vez... tuve que entrar para buscar unos documentos. Pero no pude evitar ver sus cosas- su voz se quiebra y baja su mirada- En una de sus cajas habían dos cartas. Una para ti, y una para mi.

-¿Cartas?- pregunto. él asiente.

- No se en qué momento las escribió. No tienen fecha.- levanta su mirada- No quise abrir la mía hasta que tu vinieras. No he leído nada.

Mi mente viaja a momentos donde ella pudo haber escrito algo, pero no puedo recordar nada.

-¿Donde están?- pregunto.

Mi padre toma la manija de la puerta y abre. Al entrar allí vienen todos los recuerdos a mi. Cada taza de café, cada charla, cada juego. Vienen a mi los días donde la vi mal por mi padre, los días donde ella paso su proceso y los días donde ella se recupero. Sus dias malos y buenos. Todo estaba allí.

- Las cartas están en su mesa de noche- dice mi padre. Pero no me muevo del lugar.

Solo lo observo y veo como él va por ellas. Abre el primer cajón y de allí saca dos sobres. Ambos son de color azul, tiene dibujadas flores.

siempre con tus detalles.

Él vuelve y me tiende una. La tomo.

- No estoy listo- le digo.

- Creo que ella no te obligaría a leerla si no estas listo- responde él. observa la cama y toma asiento- Yo... Tampoco estoy seguro de estar listo. Pero creo que si no lo hago ahora, no podre hacerlo nunca...

-¿Puedo ir a verla?- él levanta su mirada y me da una pequeña sonrisa.

- Estaría muy orgulloso si fueras.

Asiento y algo de allí.

Últimamente me han dicho que tomar estos impulsos pueden servirme para poder superar estas situaciones.

Pero lo único que quería era salir de ese lugar. Salir de ese que se hacia llamar mi hogar. Y dejar, nuevamente, el pasado atrás.

Tomo mis llaves y camino a paso lento hacia mi auto.

"Tal vez un... Por siempre y para siempre" [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora