Sueño de Morir (FNAF AU)

Noah y... ¿Quién? ~Capítulo 42~

Michael estaba atónito mirando a su tío. Los niños lo habían recibido con un abrazo, pero el tenía sus dudas de como saludarlo.

—Mírate, te ves más grande que en videollamada— Comentó Noah cargando a Elizabeth. Él había venido antes hace dos años por cuestiones de trabajo, por eso ella lo conocía, pero se quedó muy poco tiempo como para poder entablar una conversación completa con Mike.

—¡Me ha crecido mucho el cabello! ¿Te gusta?

—¡Claro que sí! Te ves muy bonita.

Noah bajó a la niña y volteó a ver a su sobrino mayor. Michael miraba a su tío con un poco de pánico y desconfianza. Él le sonrió de forma tierna mientras se acercaba a él.

—Mike, has crecido mucho— Comentó tratando de sacarle conversación. —Uh... ¿Cómo has estado?— Michael seguía sin responder hasta que sintió un codazo de su padre en su espalda.

—Hola tío. Uh... Sí, ajá— Mike entró a la sala y dejó su bolso en el sofá estando precavido. —Si tu estás aquí...

—¡BOO!— De detrás del sofá, saltó un muchacho sobre los hombros de Mike. Este por puro instinto lo sostuvo para que no se cayera.

—Claro, debí suponerlo— El muchacho soltó una carcajada. Era un niño de unos 12 años con el cabello negro y los ojos grises. Era igual que su padre.

—¡Hola Mike! ¿Me extrañaste?— Preguntó sin bajarse de encima suyo.

—¿Kevin, cierto? No, para nada— Mentira. En realidad sí extrañaba a su primo.

—¡Katrina!— Evan corrió a abrazar al chico una vez que Mike lo bajó. Elizabeth no lo reconocía, y tampoco esperaba que lo hiciera. Después de todo ella era muy pequeña cuando lo vió por última vez.

—Ah... ¿Hola?— Elizabeth se metió en la conversación esperando ser presentada.

—¡Hola! ¿Elizabeth, verdad? Que bonito es poder saludarte— El niño se Inclinó a su altura y extendiendo su mano. —Soy tu primo; Kevin.

Ambos estrecharon sus manos e inmediatamente Kevin se tiró en el sofá jalándola consigo. Se presentó con todo lo necesario que debía saber sobre él mientras la pequeña lo escuchaba atentamente. Evan y Mike también se unieron a la conversación.

Noah sonrió viendo a los niños. No esperaba que Mike lo ignorara tan descaradamente, pero estaba satisfecho de que al menos lo hubiera notado. William le hizo una seña para que entraran a la cocina. Noah lo siguió dejando a los niños.

—Parece que Mike no me extrañó mucho— Comentó sentándose en la mesa.

—Él es así— William preparaba té para ambos. —Pero tranquilo. Si logras entablar una conversación con él por más de un minuto se le olvidara que estás aquí sin invitación.

—Sí... Lo siento, solo sentí que me necesitabas.

—Y no estás tan equivocado, pero al menos un «¡Hey Willy! Mi hijo y yo llegamos mañana» no simplemente un «Vení a buscarme al aeropuerto».

—Y... ¿Cómo está ella?— William aligeró su expresión.

—No sé. Supongo que está bien, creo. No me interesa.

—Woow... Casi parece que lo estás manejando bien.

—Bueno... Tengo algo más de lo que preocuparme— Sonrió escuchando los parloteos de los niños en el fondo. —Y creo que últimamente no he pensado mucho en ella. Él no ha dejado que me sienta triste a gusto.

—¿Él quién?— William iba a responder pero se vió interrumpido por dos golpes en la madera del umbral de la cocina.

—Uh, ¿Papá?— Ambos hermanos se giraron al escuchar la voz de Kevin. —Mike se desmayó. Así, de repente, sin que le hicieramos nada.