En una isla de ricos y pobres, Los bancos externos, Outer Banks. Dividido por dos clases sociales los Pogues y Los koos.
Madison Jones acogida por la familia Cameron luego de que sus padres fueran a prisión por culpa de Ward Cameron, debe enfrentar...
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"Alone again"
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Al día siguiente el grupo de Pouges ya había llegado a la isla.
Kiara creyó que era buena idea regresar a su casa así que sus amigos decidieron acompañarla.
Sarah en cuanto piso la isla tomó el caminó hacia el Chateau, todos estuvieron de acuerdo en dejarla ir ya que la veían muy preocupada por John B.
El hecho de que Sarah no haya estado en el camino a casa de Kiara fue un poco incómodo para Madison, Pope y Cleo habían entablado un buena relación desde la noche anterior así que JJ, Madison y Kiara se mantenían caminando en silencio detrás de estos dos.
- Wow, ¿Kiara vives aquí? - Preguntó Cleo sorprendida al ver la casa -.
- ¿Cuanto malo crees que será? - Preguntó Pope -.
- ¿Del uno al diez?, Veinte - Contestó la morocha -.
- ¿Quieres que te acompañemos dentro? - Preguntó Pope -.
- No, está bien, gracias por acompañarme de todos modos - Sonrió dando una sonrisa de despedida mientras subía las pequeñas escaleras - Adiós JJ - Se frenó en secó mirando al rubio con una sonrisa triste -.
Esté la miró y sonrió incómodamente, Kiara asintió al ver la respuesta de éste y subió las escaleras acercándose a la puerta principal de su casa mientras sus amigos se iban.
- Llevaré a Cleo al restaurante de papá, así que... - Hablaba Pope con una sonrisa ante el grupo -.
- Está bien, si alguno sabe algo de John B avísenme - Habló Madison caminando hacia atrás lentamente mientras se despedía de los tres Pouges -.
La castaña cruzó miradas con el rubio y esté le sonrió mientras la saludaba con su mano, ella no pudo evitarlo y bajó la mirada hacia el piso y continúo caminando.
La pregunta que rondaba por su cabeza era "¿Donde iría ahora?, ¿Es buena idea volver a casa?, ¿Que pasará cuando ella regresé?", Solo se podía imaginar a su madre recostada en el sillón con trescientas botellas de cerveza a su alrededor, su forma de curar las penas.
Pero cuando llegó se encontró con una gran sorpresa, la casa estaba vacía, literalmente, no solo el hecho de que nadie se encontraba ahí, sinó que no quedaban muebles, había sido deshabilitada, solo se encontraba un sofá cubierto de una lona transparente.
Realmente ella estaba preocupada, no tenía hogar pero tampoco a su madre, no sabía que había sido de ella y tampoco tenía teléfono móvil como parar llamarla.
Con sus ojos llenos de lágrimas subió las escaleras al segundo piso, a su habitación, sonrió con nostalgia al ver las fotos colgadas en la pared que aún se mantenían.
