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Cuando Madison llegó al Chateau, el silencio del lugar contrastaba con las voces que llegaban desde la laguna, donde los Pogues estaban sentados en ronda, absortos en una discusión. Intentó sacudirse el malestar del momento anterior; necesitaba estar calmada frente a ellos. Con una sonrisa forzada, se acercó al grupo. Sarah fue la primera en notar su presencia, y, al ver que Madison no traía consigo la urna, dedujo que se la había entregado a Rafe.
-¡Madison! -la llamó Pope con una expresión de alivio y entusiasmo-. Tú eres la única que me va a dar la razón.
Madison enarcó una ceja, sorprendida por la bienvenida. Parecía que había una pequeña disputa en marcha.
-Vamos, Pope, es solo una camioneta -se quejó JJ con tono sarcástico, rodando los ojos-. No le va a quitar ni una tercera parte del oro.
-¿Es en serio? -Madison se cruzó de brazos, mirándolo con una mezcla de incredulidad y desaprobación-. ¿Quieres gastar el dinero en una camioneta?
JJ se encogió de hombros, sin darle mayor importancia.
-¿Y qué más íbamos a hacer con él? No es que vayamos a comprar mansiones ni nada parecido. -Hizo una pausa, calculando mentalmente-. Si lo dividimos, toca a unos doscientos once mil dólares cada uno -añadió Pope, dando un vistazo rápido al grupo-. Contando lo que le debemos a Barracuda Mike -aclaró, mirando a JJ con una mirada significativa.
-Bueno, podría hablar con él... -murmuró JJ, rascándose la nuca, claramente incómodo con el tema. Para él, deberle a un traficante no era exactamente el fin del mundo.
-No, ni lo pienses -replicó Madison con firmeza, cruzando los brazos-. No vamos a meternos en deudas con un traficante, JJ. Eso no va a pasar.
-Escuchen, escuchen... -intervino Pope, alzando las manos para llamar la atención del grupo-. Si dividimos el dinero, nos lo vamos a gastar, tarde o temprano.
Todos se giraron a mirar a JJ, aunque Pope había hecho el comentario en general. JJ los miró, un poco ofendido.
-¿Por qué me miran a mí? -preguntó, levantando las manos en señal de inocencia.
Pope dejó escapar una risa y aclaró su propuesta.
-Lo que quiero decir es que, en lugar de gastarlo por separado, podríamos hacer algo grande... algo que tenga economía de escala.
-¿Algo como qué? -preguntó Kiara, curiosa.
Pope sonrió y miró a sus amigos, sus ideas empezaban a tomar forma.
-¿Recuerdan la isla? -preguntó. Todos asintieron, y él continuó, su voz baja y reflexiva-. Pasamos semanas allí, varados. Fue nuestro hogar por un tiempo, nuestra isla... todo lo construimos desde cero, solo para nosotros.
-Sí, imposible olvidarlo -dijo Madison, con una sonrisa nostálgica-. Fueron meses atrapados juntos; cómo no recordarlo.
Pope asintió, tomando aire antes de soltar la propuesta.
-Exacto, pero esa vez lo hicimos sin nada. Imaginen lo que podríamos hacer aquí. La propiedad de JJ va a salir a subasta pronto... ¡podríamos comprarla!
Hubo un instante de silencio en el que todos asimilaron sus palabras. Poco a poco, la emoción empezó a encenderse en los rostros de sus amigos.
-¿Estás diciendo que... podríamos tener nuestro propio lugar? -preguntó Kiara, sonriendo con incredulidad.
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Mine - Rafe Cameron
AdventureEn una isla de ricos y pobres, Los bancos externos, Outer Banks. Dividido por dos clases sociales los Pogues y Los koos. Madison Jones acogida por la familia Cameron luego de que sus padres fueran a prisión por culpa de Ward Cameron, debe enfrentar...