El día blanco. Ace había escuchado muchísimo de él. Pero en lo primero que pensó fue en marco.
¿Que le gustaría recibir a marco? ¿Pollo? ¿Mapas? ¿Hojas de papel? Ace pensó tanto que Thatch pensó que se le estaba quemando la cabeza.
¿Que piensas Ace?— Pregunto finalmente el cocinero.
Bueno, ¿que le gusta a Marco?— Thatch sonrió. Obvio le sacaría todo el provecho del mundo a esto.
Primero, a marco le gustaban las flores. Ace se dio la tarea de buscar flores, limpiarlas y dejarlas en la habitación de marco, también le gustaban los animales.
De repente Marco se levantó un día y encontró un perezoso en su pecho. Marco tuvo pesadillas después de eso.
Luego, los chocolates, jamás podían faltar según Thatch, pero, casi tres kilos de chocolate fue demasiado para Marco.
Aunque pronto Ace le preguntó que le habían parecido sus regalos. A pesar de que su habitación rebosaba de flores, y tenía un perezoso en su cama, y chocolate como para que le de diabetes, Marco siempre supo de quien se trataba y había recibido eso con gusto.
Me encantaron— Dijo Marco haciendo sonreír a Ace. De alguna manera. Marco sabía que Thatch estaba detrás de esto, a Ace se le tenían que especificar mucho las cosas.
Más por que aún era nuevo en el lugar.
Ace se la pasó todo el día encima de Marco preguntándole cosas, diciéndole lo que podía hacer con las flores, o jugando con su cabello, todos estaban acostumbrados a eso, ya que Ace había tomado confianza con Marco primero.
Aunque cuando Thatch vio a Ace besando los labios de marco como si fuera la cosa más normal del mundo, por primera vez casi se infartaba.
Ace al parecer tenía la percepción de la realidad algo alterada, y pensó que era el mejor momento para hacerlo.
Pero a marco no le importo tanto en ese momento, siguió leyendo el periódico ignorando al cocinero en el piso.
Oye marco, ¿cómo le pondrás? Tiene cara de Jimmy— Dijo ace aún con el perezoso en la cama.
Uhm, jimmy está bien— Dijo, Ace se quedó toda la noche hablando con Jimmy, obvio también con marco quien estaba trabajando.
Era una de las cosas que más apreciaba Marco, siempre se quedaba hasta tarde y ace siempre se quedaba a hacerle compañía.
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