Cuarenta y ocho

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Shanks

Luffy se perdió de nuevo— Dijo su primer comandante sentándose a su lado.
Shanks suspiró.

Había venido a esta pequeña isla a coquetear con le bellísima mujer que tenía enfrente que ahora estaba preocupada y había salido del bar casi tropezándose avisándole al alcalde.
Shanks suspiró, bueno, él también le había tomado cariño al pequeño Niño. Era bastante carismático y valiente.

Ver a un niño de su edad enterrarse un cuchillo en su  mejilla fue sorprendente para shanks.

Makino-san no se preocupe, ya vendrá— Dijo shanks ya afuera del bar tomando por los hombros a Makino.
La mujer suspiró y asintió al hombre.
Luffy no apareció. Shanks mandó a Ben por el. Ben volvió con luffy en su espalda.

Shanks se vio a si mismo en él hace muchos años. Suspiró. Eh hizo que lo curaran.

¡No fue mi culpa!— Fue lo primero que dijo Luffy al levantarse de la cama. Shanks pensó que lloraría o algo, pero no. Luffy empezó a renegar diciendo que esto apestaba.

Algún día se las verán conmigo.. ¡ya verán!— Luffy quiso bajar de la cama pero shanks lo impidió.

Eh, alto ahí jovencito, debes de descansar aún— Fue imposible. Makino se asustó mucho cuando lo vio.
Para shanks fue divertido verlo tan enojado, diciendo que algún día sería tan fuerte como el rey de los piratas.

Ya, ya, ya, cállate— Dijo shanks exagerando tapándose los oídos. Luffy mordió su labio y se comió el pedazo de carne de el plato de shanks haciendo que el hombre gritara y empezara a sacudir al Niño.

¡Idiota!— Makino solo sonrió. Luffy se veía más feliz a compañía de Shanks, y Shanks, bueno el seguía siendo el.

Shanks en cambio, se sentía tan familiarizando con las palabras de luffy, era algo sublime para él escucharla nuevamente.

¡¿Ya se van!? ¿Volverán?— Luffy a pesar de tener orgullo, se preocupaba, quería a shanks y a los demás y quería estar con ellos.

Sip, bájate de ahí— Dijo shanks bajando a luffy de sus hombros. Luffy lo miro para shanks era divertido verlo desesperado por que lo cargara.
Shanks sentía que estaba encariñándose mucho con él y no era bueno para luffy.

Cárgame— Fue suficiente para que Shanks lo hiciera. Vieron a los demás subir todo. Luffy se sentía triste ya que shanks se iba de nuevo.

Pero shanks le decía que iba a volver. Y siempre lo hacía. Se quedaba algo tranquilo y a la vez no, no quería que les pasara nada malo.

Van a volver ¿si?— Dijo luffy. Shanks revolvió sus cabellos y asintió.
Luffy se quedó alado de Makino mirándolos irse.
Makino tuvo que soportar a un luffy con un puchero en la cara, yendo todos los días a el muelle en busca del barco de los piratas del pelirrojo.

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