Cuarenta y dos

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Nami supo exactamente el momento en que se acabó la guerra, la pelea contra los piratas bestia.

Estar corriendo de un lado a otro con ussop la tenía agotada.
Estaba cansada, confiaba plenamente en sus compañeros, pero estaba exhausta, su cuerpo no daba para más, y aquellos piratas no dejaba de aparecer.
La isla no se dejaba de mover.

Temblaba a cada impacto, las columnas se derrumbaban, y había una fuerte tensión entre todos.
Nami, estaba desesperada, con dolor de cabeza por bajar la guardia, por Tama, y Ussop, no había visto a ninguno de sus compañeros aún.

No sabía si estaban bien, o estaban heridos, solo sabía que luffy seguía peleando con kaido encima de ellos.
Y eso lo sabía de sobra ya que los impactos de los golpes, o de los ataques resonaban en toda la isla.
Esos tambores, eran como un palpitar, de alguna manera le daban esperanza a su cansada mente.

Pero ella supo de inmediato en el momento que todo acabó.
Cuando vio a Zoro y. Sanji durmiendo, recargándose uno junto a él otro sobre una esquina.
Ambos habían sido tratados, ya que llevaban vendas en el cuerpo.
Se veían exhaustos, sus respiraciones eran de puro cansancio.

¿Nami?— Ussop, levantó la mirada. Aún recuperando el aire de haber estado corriendo durante bastante tiempo.

Se acabo..— Dijo nami. Con una sonrisa miro a Atala y la levantó en el aire haciendo reír a la niña.

¡Se acabó!—Dijo nuevamente. Sonrió y dio vueltas con la niña en sus brazos para luego abrazar a Ussop.

¿S-se acabó?— Ussop aún la miraba con duda. Mami le sonrió, y asintió sin dudar.
Ussop le creyó a esa sonrisa. Miro a sus compañeros y sintió tranquilidad.
Nami tenía razón, se había acabado.

Los tres se quedaron ahí, haciendo guardia a los dos hombres que se habían enfrentado a las estrellas.
Pronto llegaron los demás. Sentándose junto a ellos.
Robin estaba dormida, todos se sentían exhaustos a más no poder.

Pero todos venían completos. Nadie había muerto. Nami estaba tan aliviada. Pronto la isla iba a caer, y verían a luffy otra vez.

Pero en este momento solo descansaron, junto al par verde y amarillo.
Después de todo habían ganado.

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