Joon DaeSoo siempre ha sentido curiosidad por la maternidad, luego de una noche de tragos queda embarazada. Contenta con la noticia decide tenerlo usando algunas mentiras de por medio, lo que no esperaba era encontrarse con el padre de ese bebé, Jeo...
—Estuve leyendo en Internet—JungKook se encontraba sentado junto a DaeSoo, en el sillón estaba JiSoo, la maestra de yoga llegaría en unos minutos. El chico realmente había contratado a una mujer especializada en esos temas, JiSoo se uniría a la sesión y JungKook ya estaba más que listo también—Dice que el yoga ayuda a fortalecer tu respiración junto a los músculos pélvicos que son vitales para el parto, además es algo saludable porque reduce el nivel de estrés y la ansiedad.
—Tendrás que hacerlo todos los días—bromeó JiSoo.
Justo en ese momento tocaron el timbre del departamento, JungKook se levantó suponiendo que era la mujer que había contratado, en cambio consiguió a su amigo Jimin vistiendo deportivamente.
—Decidí pasar para invitarte al gimnasio un rato, no quiero ir solo—pasó a su lado.
—Ah, oh, hyung, yo...no puedo—cerró la puerta apresurándose en llegar a él. Fue gracioso el susto que se llevó ante el grito de DaeSoo de ver a uno de sus actores favoritos frente a ella.
—Eres Park Jimin, te reconocería en cualquier lugar—Dae se levantó del sofá haciendo una reverencia en su dirección—Soy muy fan de tu trabajo, he visto tus actuaciones en diferentes dramas y enserio eres el mejor.
Jimin supo quién era sólo con ver su vientre abultado, miró a JungKook esperando una explicación. El timbre sonó esa vez, pero en esta ocasión si era la maestra de yoga.
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—Muy bien, este es otro estiramiento—indicó la mujer. JiSoo y DaeSoo estaban adelante mientras que JungKook y Jimin se encontraban detrás, Jimin se había quedado animándose a probar. No significaba que no hablaría con el chico luego.
JungKook mantenía su atención en Dae cada cierto tiempo atento por si estaba incómoda en alguna posición, en cambio la encontró muy enfocada y relajada.
—El bebé no nace aún, pero te comportas como todo un padre—susurró Jimin al chico.
—¿Será porque soy uno?
—¿Desde cuándo haces yoga?
—Este tipo de ejercicios son muy buenos para las mujeres embarazadas, es bueno para la salud de DaeSoo y le dije que contrataría un especialista.
La posición cambió bajo las instrucciones de la mujer.
—Deberías limpiarte la baba.
—¿Por qué?
—Porque no dejas de mirarla y sonreír.
El pelinegro se sonrojó, JiSoo y Dae intercambiaron una mirada escuchando todo perfectamente.
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Dae no dejaba de rebotar en aquella pelota grande que la maestra le había dado luego de inflar. Sentía al bebé moverse mucho más que antes.
—Estos ejercicios los harán ambos padres—señaló. JungKook se acercó acomodando su camisa, le parecía que Dae rebotaba mucho, tuvo la oportunidad de sostener su brazo cuando casi se caía hacia atrás por no quedarse quieta.
—Gracias.
—Ya sabemos porque el bebé es tan inquieto.
—Pero, sabemos de quien heredará la belleza.
—De mí—bromeó. Sonrió divertido por su expresión.
JiSoo en silencio al igual que Jimin escuchaban con atención viendo la extraña química entre ambos cuando trabajaban en equipo. DaeSoo debía estirar sus brazos hacia arriba y JungKook debía ocuparse de que los estirara como se debía, también se ocupaba de que la pelota no se volviera en contra de la madre. No se habían dado cuenta que respiraban al mismo tiempo por estar enfocados en los ejercicios.
—Es extraño ver a dos personas que no se gustan tener química—susurró Jimin.
—Bueno, de parte de JungKook si hay interés.
—¿Y de tu amiga?
JiSoo vio a su amiga contener una tonta sonrisa por el cruce de miradas, pero más que nada por las muecas de JungKook que la hacían encontrar divertida la situación.
—Dae es impredecible muchas veces.
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La clase había terminado por ese día. El siguiente fin de semana harían otra sesión, JungKook revolvía algunos vegetales picados en la sartén con intenciones de hacerlos sudar. DaeSoo le aplicó algo de sal mientras él seguía moviéndolos.
—Gracias por la clase de hoy—susurró. Éste la miró encontrando una pequeña sonrisa—Me divertí mucho. Creo que el bebé se divirtió también, no dejaba de moverse.
—Te dije que alegraba tus días junto al bebé.
Dae le sacó la lengua y él hizo lo mismo terminando en risas.
—¡Se respira el amor! —canturreó Jimin pellizcando un poco en la cocina—Has puesto el mundo de este chico patas arriba.
—Hyung—JungKook le advirtió con la mirada bajo la intensidad de la estufa.
—Ustedes dos se ven bien juntos para no ser una pareja—el pelinegro prefirió que no dijera eso. Estaba convenciéndose de que sus sentimientos desaparecerían en algún momento—Hablo enserio, en la clase de yoga parecían una pareja recién casada que no duda en demostrarse su amor.
—Ignóralo, yo hago lo mismo a veces—Jimin lo escuchó golpeando su espalda—¡Auch!
—Ya, yo fui quien te trajo a este mundo del espectáculo—reprochó. Dae sonrió divertida mirándolos, el timbre del departamento se escuchó interrumpir.
—¡Yo abriré! —JiSoo se dirigió a la puerta girando el pomo. La sangre bajó a sus pies en segundos una vez identificó a la persona, retrocedió ante el asombro de él.
—¿JiSoo?
—¿JiHoon?
—No sabía que conocías a mi hermano—tenía una caja en sus manos con el símbolo de una dona.
—¡Hyung! —JungKook sonrió al verlo. Lo había invitado aprovechando su día libre y la repentina reunión de los demás en su departamento, así conocería a DaeSoo—Trajiste donas, no tenías que hacerlo.
JiSoo miró a la castaña que se acercaba. La sonrisa de Dae se borró de su rostro. ¡¿Qué estaba pasando?!
—¿DaeSoo? —JiHoon por supuesto la reconoció. JungKook confuso los miró.
—¿Ustedes se conocen? —casi al instante se sintió como idiota—Espera, ¿Ella es...?
—La chica que quería presentarte.
—¿Ustedes dos son...? —Dae cubrió su boca sintiéndose tonta también. Había creído que los detalles eran casualidad, ¡No una realidad!
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