Capítulo 1

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Tylwyth

Acabo de tener uno de los mejores días de mi vida, aún no puedo creer que sea todo tan perfecto. Llego a mi casa en Uxbridge, un pequeño pueblo a las afueras de Londres, y lo primero que hago es correr a saludar a mi madre. La encuentro en la pequeña pero acogedora cocina moderna mientras prepara la cena. Entro de una forma tan enérgica que casi saco la puerta del sitio y destrozo la pared. Mi madre da un brinco y se gira para mirarme como si estuvieran entrando en casa a robar, con cuchillo en mano y todo.

—¡Mamá! ¡Me lo ha pedido! ¡Me lo ha pedido! —grito corriendo para abrazarla.

—Dios, hija me vas a provocar un infarto... ¡Qué susto! —dice un poco más aliviada al ver que soy yo, ríe y me corresponde al abrazo.

—Perdón, es que... ¡Tengo novio! —Rio—. Ha sido súper bonito, mamá, dios no me lo creo, yo, Tylwyth Bree con novio. —Reímos ambas.

—Pues aunque no te lo creas no es una idea tan descabellada, yo a tu edad ya había tenido un par de novios, así que... —dice mi madre con una sonrisa en la boca.

—Lo que digas, pero admite que tú también pensabas que me iba a quedar soltera toda la vida —bromeo sentándome en una de las sillas de madera de la mesa de la cocina, mientras, mi madre sigue con la preparación de lo que parece pescado con patatas.

Ellen Bree, mi madre, es completamente diferente a mí, es normal que a mi edad, a los dieciocho, ya hubiese tenido unos cuantos novios. Ella es preciosa, tiene los ojos verdes, algo que sí compartimos, y el pelo de un color caoba ondulado que sería la envidia de cualquier modelo de anuncio de champús. Sin embargo, yo lo tengo de un color negro oscuro, aunque sin las ondas de mi madre. Además ella es alta y muy sociable, lo contrario a mí. A ver, no es que sea una antisocial, pero soy bastante tímida y mi círculo de amistades es bastante reducido.

— ¡Que va! Al final acabarías con Trent. —Ríe mi madre.

— ¡Si hombre! —contesto con una mueca.

—Bueno, ¿me vas a contar cómo ha sido? —pregunta curiosa y con una sonrisa.

Asiento y le cuento cómo ha ido mi cita, la versión apta para padres, claro. Matt es perfecto, llevamos unos meses viéndonos cómo amigos, al principio no era nada romántico, simplemente dos personas que tenían cosas en común. Lo conocí al poco de entrar en la universidad gracias a una nueva amiga, mi compañera Jazzlyn. Matt está estudiando criminología y justicia penal. Yo, sin embargo, soy más de lenguas y estoy estudiando traducción e interpretación, quiero ser traductora, me apasiona el mundo del libro y los idiomas.

Un día, Matt me pidió salir, los dos solos y, al principio, ni siquiera me planteé que pudiera gustarle, pero él me dijo que era la chica más guapa que había visto en la vida y que quería conocerme más.

Ahora mismo estoy que no quepo en mí misma de alegría, Matt es guapísimo, rubio y con unos ojos marrones que te quitan el hipo, es inteligente y muy buena persona. Me gusta mucho, es genial conmigo y en nuestra cita ha estado súper atento y súper mono, me ha besado casi cada segundo, me ha preguntado si estaba cómoda, si necesitaba algo... ¡Es maravilloso! Y después, dando un paseo por Swakeleys Park, se ha declarado y me ha pedido que sea su novia.

—Oh cariño ¡Qué bonito! Quien tuviera esa edad otra vez... —dice mi madre soñadora y llevándose una mano al pecho.

Rio un poco sonrojada pensando en este día tan especial y por estar contándoselo a mi madre, tenemos mucha confianza pero no quita que siga siendo mi madre, aunque entre nosotras no hay secretos.

—Bueno me voy a duchar y a contarle todo a Trent —digo animada.

—No creo que a Trent le interesen los detalles, mi vida. —Rie mi madre.

El día que nos enamoramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora